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miércoles, 21 de marzo de 2018

"DÍA MUNDIAL DEL SINDROME DE DOWN" SE CELEBRA ESTE 21 DE MARZO




CUANDO SEA GRANDE QUIERO SER UN “NIÑO ESPECIAL”.
Por Maurizio Colombo.

(En la celebración del Día mundial del “Sindrome de Down, comparto una nota que escribí hace tiempo, para un evento artístico donde participaban también niños diferentemente hábiles).

Hace unos días fui invitado a una exhibición en el Museo Ixchel, un encuentro de dos mundos, artistas guatemaltecos de distintas disciplinas unieron sus talentos para dialogar con obras de artistas italianos, en el proyecto colectivo “GUATEMALA ES GUATEMALA”, iniciativa visionaria de Brenda Estrada. No entro en merito para describir el excelente valor artístico de las obras exhibida en la muestra. Lo que me impactó fue la visión de una seria de pinturas o diseños colorados, hechos por algunos “niños especiales” guatemaltecos.

Personalmente reviví las mismas emociones e impacto, cuando en mi juventud en Paris vi por la primera vez, todas juntas, una cantidad increíbles de obras del “Impresionismo”: excitación, entusiasmo, conmoción, turbamiento; confieso que por la emoción lloré, quería regresar a Italia y empezar a pintar aquellos cielos donde el viento era presente, manifiesto, revelado por la anárquica danza de las nubes.  Fue la revelación sagrada del “Arte”, con la “A” mayúscula. Lo mismo pasó en el Museo Ixchel. A parte revivir las misma emociones, fue una cachetada tremenda a mi presumido ego de “artista”, estos niños, con su inocencia expresiva, con su libertad sin reglas estéticas, con su imaginación fantástica de imágenes derivadas de la realidad, la re-interpretan trasfiguradas por la creatividad que no conoce frenos o inhibiciones; me quitaron la máscara de la soberbia artística, me bajaron del pedestal y me regresaron al efímero mundo. Me han indicado que el arte es un cuento, una historia que se puede contar sin artificios. Ellos son la abstracción sublime, el regreso del gesto primordial en un juego de formas simples que asumen una vida propia, bailan, gritan, ríen, un canto que lee lo real, dando vida a cosas inanimadas, transfigurándolas en elementos mágicos, donde en el mundo de la fantasía, el inverosímil y lo increíble devienen posibles y realizables. Esos niños especiales son un don para las personas que tienes la suerte de rodearlos. Personalmente me dieron una clase de humildad y de realismo: ¡Gracias pequeños ángeles!.

Cuando sea grande quiero ser un “NIÑO ESPECIAL”.
Maurizio Colombo

(La síndrome de Down es un don: no solo para las personas que la tiene, sino para aquella que las rodean. Creo que todos recordamos cosa dijo el zorro al Pequeño Principito, precisamente «lo esencial es invisible a los ojos». Era esto que no podía entender. Estos niños me lo revelaron y explicaron. Como se lee en el libro de Antoine de Saint-Exupéry, también la rosa enseñó algo al
Principito, o sea, que habría debido soportar algunas orugas si quería ver volar las mariposas.)

m. c.



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