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lunes, 10 de noviembre de 2014

LA CARA AMIGA DE "CLAUDIO VALERIO GAETANI"


En la “Cara amiga de nuestros invitados” hoy presento a unos de esos increíbles personajes que nació en una cuna de letras y cultura, de origen italo-guatemalteco nuestro invitado quien ha dedicado parte de su vida a la pintura, el diseño gráfico, la poesía y el teatro entre otros, compartirá su maravillosa historia: hoy nos complace presentar en este espacio a Claudio Valerio Gaetani Mena.

Conoceremos de nuestro invitado algunos aspectos que por primera vez comparte en este espacio donde se puede decir lo que se quiere y lo que en otros medios no se puede.
Bienvenido Claudio y gracias por  compartir tu maravillosa historia.

¿Naciste en un ambiente de letras y cultura, quiénes son tus padres y cómo vives los primeros años de tu vida? Mi padre, era Ludovico Gaetani, ingeniero civil, Italiano, fue cónsul de Italia en Guatemala, amante del arte y de la arqueología, de hecho, fue quién realizó el proyecto de la colonia Miraflores y El Mirador, en donde, en medio de sus pasión descubrió reliquias arqueológicas y por eso no continuaron construyendo, en donde ahora surge Tikal Futura, allí encontraron un juego de pelota completo maya el cual fue donado al Museo de Arqueología de Guatemala.

Mi madre: Marta Mena, escritora, poetisa, periodista, amante del teatro y del arte en general, entre las fundadoras del Teatro de Arte Universitario.
De allí podría decir que tuve tantos padres y madres putativas, especialmente dentro del ambiente artístico y de la cultura en Guatemala, grandes y menos grandes artistas y representantes de nuestra cultura.

¿Crees que influyeron tus padres en tu decisión de dedicarte al teatro? Creo que sí, influyeron mis padres y la pasión por la lectura y el buen arte, desde que tengo uso de razón, en casa siempre se habla y se hace arte, en todos los sentidos, crecí, como se suele decir, con un libreto bajo el brazo, personajes del arte como Hugo Carrillo, Víctor Hugo Cruz, Silvia Galich, Herbert Meneses, Rafael Pineda, Cristy Cóbar, Tono Crespo, Ana María Irarte, Luz Méndez de la Vega, no sé, la lista sería demasiado grande, los conozco a todos, el maestro Elmar René Rojas, por las tardes me iba a esconder al laboratorio del maestro Torres, escuchando las grabaciones de Miguel Ángel, pasar comprando champurradas y chocolate porque nos íbamos a donde Juan de Dios Montenegro, o al callejón del fino a donde la Mona.
A veces uno pasa desapercibido, porque, ahí está, es como si formáramos parte del ambiente, es natural que seamos parte de esto.

¿A cuáles de los autores y directores de nuestro país recuerdas y qué influencia tuvieron en tu vida? Recuerdo a tantos, como ya lo dije anteriormente, recuerdo bien a Hugo Carrillo y Víctor Hugo Cruz (aún ahora lo llamo 'papi'), Raúl Carrillo (el Negro Carrillo), Luis Alfredo Arango, Delia Quiñónez, Antonio Brañas, Margarita Carrera, esa sería otra lista enorme, pero vamos adelante, Alaide Foppa, Manuel José Arce, Augusto Monterroso, Manuel Galich, de hecho, crecí leyendo y conociendo de primera mano o por herencia la literatura guatemalteca. Es que no tuvimos nunca televisión, hasta que fuimos grandes. Y como decía antes, pareciera que nosotros, los hijos de fulano o mengano, no existíamos en el ambiente, pasábamos desapercibidos, pero al final creciendo en medio de gente que solo de arte habla, y solo arte te hace comer, con sus angustias y sus miedos y sus envidias y sus sueños, no te queda nada más que eso, esa influencia que se convierte en una marca indeleble.

Yo, crecí peleándome con mis hermanos a ver quien leía el libro más grueso, ya no era solo el contenido, eso era  lo normal, lo importante era tener en las manos el volumen más grande, mientras más páginas mejor.

Eso hizo al final que nos llenáramos de tantas cosa que al final son cultura. Y la cultura antes o después se hace presente.  Creo de haber crecido con casi todos los autores guatemaltecos en mis manos.

¿Qué estudios tienes y dónde los realizas? Profesionalmente tengo un doctorado en Ciencias de la Comunicación con especialidad en Marketing de la comunicación, a parte de un par de especializaciones en tecnología gráfica y de la impresión.  Una especialidad en ICT (Tecnología de la información y la comunicación) obtenida en Italia.

¿Cómo fueron tus años en Sao Paolo, Brasil, qué recuerdas de este país? Sao Paulo, es una ciudad versátil tuve el placer de estudiar en la Universidad de Sao Paolo mientras trabajaba como director creativo de John Walter Thompson de Brasil, los primeros tres meses en Sao Paulo no vi una negra... seriamente, fue una experiencia luminosa, en la cual se nos exija el máximo de especialización en el menor tiempo posible.

Mi exuberancia y los años mozos me dejaron ver un mundo completamente diferente.

¿Qué sucede que tienes que exiliarte en tu segunda patria? Durante el gobierno de Vinicio Cerezo Arévalo, me dediqué a trabajar al lado de Danilo Barillas en un proyecto editorial muy crítico, tipo el “peladero” de hoy en día, el cual influyó también en el asesinato de Danilo, después con la llegada de Serrano Elías, continuamos a “Pelarlo” drásticamente y por desgracia toqué algunos puntos críticos que me valieron el mejor irme para no arriesgar, no tanto mi vida, si no aquella de mi familia.

¿Viviendo en Italia a qué te dedicas? En Italia, hice un poco de todo, como diseñador me abrí campo con esfuerzo, me dediqué inicialmente a trabajar en pequeñas agencias de publicidad, hasta que me quedé sin trabajo repentinamente, una persona para la cual había seguido la campaña para un concurso internacional de Salto ad Obstáculos de Equitación me dio la oportunidad de trabajar en el ambiente de la equitación en Italia, en donde cambié mi dirección por un período llegando a convertirme en instructor federal de equitación de tercer nivel, de allí fundé una pequeña agencia de publicidad, “40 gradi nord” con la que me dediqué a hacer comunicación e industria gráfica y de impresión, por casi 18 años, hasta el 2011, que por razones de la economía de Europa y tanta nostalgia de mi gente en Guatemala, tuve que cerrar, enviando a casa más de 56 personas.

Al final de cuentas tu tierra es tu tierra, y no logras hacer nada por dejarla atrás, y ésta, mi tierra desde siempre me ha hecho enamorar.

¿Cuántos años radicas en Italia? Viví en Italia por casi 20 años, la situación económica en Europa y la familia me hicieron volver, especialmente la familia y el hecho de estar fundamentalmente solo en Italia, es difícil por mucho que uno desee echar raíces en el algún lado dejar las originales, la situación empresarial inició a desmoronarse en general, eran más problemas que otra cosa y en realidad era inútil tratar de solventar problemas en Italia para quedarte siempre en un mismo lugar sin cambiar tantas cosas, ad un cierto punto, comprendí que no era propio lo que yo quería hacer, si, el circulo hípico, la empresa, los empleados, el trabajo, los clientes, la casa, los viajes, pero siempre hay algo que te deja un vacío, y creo que sea la patria y tu gente, por mal que estemos, es mejor estar en casa.

En Nápoles te surge la inquietud de llevar entretenimiento a los restaurantes ¿Cómo nace esta idea y como fue recibida? Siempre con este amigo de Equitación, en el Club Hípico iniciamos a hacer eventos para las personas, empezamos a promover actividades en locales y clubes, haciendo de PR o sea de porta gente, eso nos llevó a ser punto de referencia para promover los locales y restaurantes con eventos diferentes y atractivos. Entre esas cosas, se nos dio por iniciar a hacer juegos de sociedad para entretener a los comensales, un juego en particular gustaba mucho, CLUEDO, pero tiene el problema que si lo juegas una o dos veces y tienes un poco de inteligencia, adivinas todo fácilmente.

Ahora, siempre por el virus del teatro, se me ocurrió de crear y montar pequeñas obras de teatro en las que se replicaba un homicidio el cual debía ser resuelto por los invitados y así entretener a la gente interactivamente, de eso surgió, lo que ahora es Cena con Delito o los así llamados Murder Parties, la tendencia se esparció rápidamente por toda Europa, y puedo decir que habiendo llegado hasta Japón y los Usa, fue una bella intuición.

¿Qué opinión te merecen las críticas? Las adoro, en todos los sentidos, buenas o malas, tuve el honor, en el '84 en ocasión de un viaje a Italia, de saludar al gran Maestro Eduardo De Fillipo, y se me ocurrió preguntarle, no sabiendo que decir, patojo pendejo que era entonces (y lo sigo siendo, pendejo no patojo)  “Maestro ¿Qué se debe hacer para hacer buen teatro?”
Y el viejo me respondió: “Piccirí, basta cca' se parla” (Patojo, basta que se habla).

Amo la crítica sobre todas las cosas, no me enoja ni me molesta, hasta aquella destructiva, la adoro, porque me da el empuje para continuar a ser mejor, nadie es monedita de oro, no tengo porque caerle bien a nadie.

De mi, por lo que he escuchado, se habla en tantos modos, desde farsante, pasando por mentiroso y mitomane, hasta llegar al colmo de juzgar mi trabajo o denigrar mi persona.
No me afecta más de lo necesario, creo sería peor ser completamente ignorado, hasta hubo quién, encontrándome por la calle se permitió de decirme:
“Mira Claudio, tú estás arruinando el teatro en Guatemala”
¿Y por qué? Pregunté.

“Es que te la llevas de adinerado y pagas a los actores...”
Es verdad, por fortuna poca gente debe haber obtenido dinero de mí, pero puedo decir que los actores, pequeños o grandes que sean, vienen siempre pagados, pocos, malditos e inmediatos. No importando si hay taquilla o menos.

Prefiero que digan, “No me pagó, pero me debe” a que digan “Trabajé toda la temporada y no recibí nada”.

Ésta es una realidad en Guatemala, y sin mencionar o desdeñar a nadie, es triste que hayan “Productores” que hagan sus “Producciones” teniendo dinero para todo menos que para los actores que son los que más respeto merecen.

¿Cuántas obras has escrito y en cuántos idiomas han sido traducidas? Actualmente de Cena con Delito he escrito alrededor de 600 obras, traducidas a todos los idiomas europeos, (incluso el japonés y el hindi) He escrito otras 200 obras de teatro entre obras y monólogos, según Loffredo Editore en Nápoles, un poco mas de 25mil poesías, 22 volúmenes entre ensayos, libros breves y poemarios, beh, escribo desde que tengo conciencia, y lo continuo a hacer todos los días.

A propósito Claudio ¿Cuántos idiomas hablas y cuál te gustaría dominar? Hablo y domino, el Español, Italiano, napoletano, inglés, un poco de francés, alemán, me dilecto con el Latín y el griego, entiendo y hablo lo suficiente de portugués, insulto en sindih, rumeno, ruso, árabe, ucranio y sardo.

Inicié hace años a aprender japonés pero no pude seguir, probablemente un día lo haré, si  no el chino mandarín.

¿Te gustan los monólogos, por qué? En realidad me gusta poner a prueba el espacio escénico, me gusta el teatro, el monólogo lo comprendo como un desafío al intelecto y a la versatilidad del actor y del autor.

El monólogo es quizás una de las formas de teatro más complejas y difíciles, muchos creen que quien escribe monólogos no sea un verdadero artista de teatro, pero yo creo el contrario, creo que las piezas más grandiosas del teatro en el mundo sean hechas de grandes monólogos.

Tomemos por ejemplo los monólogos de Fray Lorenzo “Dios. Señor, ¿estás ahí?” en Romeo y Julieta o el monólogo de la misma Julieta “Mi único enemigo es tu nombre.”

A veces, a aquellos que escribimos, no nos interesa el dialogo entre dos personajes, porque tenemos un dialogo con nosotros mismos que se convierte fácilmente en monólogo.

¿A qué edad escribes tu primera obra, de qué se trata? Mi primera obra, la escribí, a los 11 años, “Brandix”, es una mezcla de ciencia ficción y mayas y otro montón de charadas, también por mi amor de entonces por los autores de ciencia ficción como Isaac Asimov, Valerio Evangelisti, Philiph K. Dick, Stanilaw Lem, Edmund About y tantos otros.
Hice una versión ya de grande pero resta la primera la más interesante, especialmente porque tiene un poco de todo, quizás por la inexperiencia.

¿Por qué tus obras las escribes con la línea de suspenso o quizás terror? Probablemente por mi amor a ese tipo de género, el terror es fácil de desafiar y haciendo Cena con Delito, entré en ese filón del cual me encanta escribir, pero también escribo otro tipo de obras, soy un poco conocido por este género.

Además entre otras cosas crecí leyendo proezas de “Hercule Poirot” y “Miss Marple” di Agatha Christie, “Philo Vance” de S. S. Van Dine, “Lord Peter Wimsey” di Dorothy L. Sayers, “Nero Wolfe” di Rex Stout, “Sherlock Holmes” de Artur Conan Doyle, los romances de Raymond Chandler, el “Comisario De Vincenzi” de Agusto de Angelis, el “Comisario Maigret” de Georges Simenon, el gran juicio de  Friedrich Dürrenmatt, pasando por autores como Massimo Carlotto, Carlo Lucarelli, Andrea Camilleri, Manuel Vazquez Montalban (Pepe Carvalho) y Daniel Pennac, o Stieg Larsson, beh ésta sería una lista enorme.

De hecho como decía anteriormente, el escribir es cuestión de cultura y de hambre por la lectura, si no lees no escribes, simple. Y al final, todo lo que has leído te regresa digerido por tu experiencia y debes plasmarlo en algún modo.

¿Dime, porque tus cenas son diferentes? Creo que mis cenas no son diferentes, es el concepto que es diferente, haciendo Cena con delito o Cena con el Muerto, descubrí que el espacio que separa el actor del espectador, la famosa “cuarta pared”, no era tan completo como cuando entras en la quinta pared del escenario, la interacción y el estímulo que el contacto con el público, de cerca, puede proporcionar, el hecho de que el actor pueda interrumpir el espacio vital del espectador, hace la escena más emocionante, para ambos, en Cena con Delito, todos, público y actores hacen parte de la escena, el espacio escénico no existe en la medida del escenario si no existe en la medida del lugar y sus componentes, la intervención y el dialogo con el público la hace mas intima como experiencia histriónica.

Del mismo modo, en los monólogos, el hecho de que ese famoso espacio vital entre el actor y el público, no existe, es un reto de actor, sin la cuarta pared el actor no debe solo interpretar un papel si no vivir intrínsecamente el personaje, la actuación no es solo movimiento sino expresiones faciales, miradas, movimientos y gestos, olores y sensaciones, cuando el público te puede ver a medio metro de distancia, debes transmitir algo, algo intenso y real, no tienes esa protección que te da el escenario.

¿Qué haces cuando no estás en alguna obra? Teatro, fundamentalmente, teatro, escribo teatro, leo teatro, traduzco teatro, veo teatro, en medio al resolver mis problemas de finanzas (como todos) y de vida, mi vida está dedicada al quehacer en el teatro, siempre hay algo en el proyecto, la mayor parte de mis obras están en italiano, y paso a veces jornadas a traducirlas al español, así como a ver tendencias y a escribir.

Tengo con la Facultad de Humanidades de la San Carlos un Diplomado en Artes Escénicas con Énfasis en Teatro, que éste año sacará su primera promoción y estamos preparándonos para el próximo año. Continuar con la labor de difundir cultura escénica en Guatemala.

Como profesional, hago poco, hasta éste año me animé a colaborar con el Campus TEC, el desarrollo del cursos de alta tecnología, otra de mis pasiones, la programación, siempre se debe escribir tanto y tenerse actualizado, manejo mi propia webfarm y continuo con el design, sigo algunos clientes de vez en cuando, y como artista del design y amante de la tecnología continuo mi recorrido en las innovaciones del mercado.

Por este motivo estoy iniciando mi colaboración con el Campus TEC, para enseñar design y marcar tendencias.

¿Qué país que no conoces te gustaría visitar y por qué? Tuve la bendición del Señor en haber podido conocer todos los lugares que he deseado, seriamente, si debo decir un lugar que me gustaría conocer, aún quedan tantos, pero no es mi prioridad, de la lista de los cien lugares que hay que conocer antes de morir, solo Siem Reap, Camboya, me hace falta, quizás un día.

¿Has escrito teatro para estudiantes? Si, tuve el honor y el placer de obtener los permisos para escribir, “La Mansión del Pájaro Serpiente” y “Guayacán” de Rodrguez Macal y de adaptar “Los Nazarenos” de Víctor Hugo Cruz, para el teatro para estudiantes, así como una versión del la obra de mi querido amigo Luis Sepúlveda, “La Historia de la Gaviota y el Gato que le enseñó a volar”.

De mi autoría hay algunas obras para niños.

¿Hay algún actor contemporáneo guatemalteco del cual te gusta y admiras su trabajo? Esta es una pregunta difícil, especialmente porque es muy complicado conocer a los actores contemporáneos de teatro si no trabajas o no logras mirar su obra, esto sucede, principalmente porque no existe difusión ni respeto por el trabajo actoral, sino solo chismes y voces de corredor, creo que Guatemala desde siempre ha sido cuna de grades actores y grandes artistas y creo que no darles su lugar nos convierte en personajes anónimos.
Nos basamos en las obra del escritor tal o cual pero sin tomar en cuenta a los actores que la interpretan, no sé como decirlo, es el actor el que se mata sobre el escenario, nosotros los directores solo decimos, “armémonos, y partan”.

Puedo hablar de los actores con los que he tenido el placer y el honor de trabajar en estos tres años, sin nada quitar a todos los demás con los cuales no he compartido este placer, y hablo de actores y actrices que considero en vía de crecimiento pero que logran comprender el duro trabajo de escena y sobretodo que aman lo que hacen.

Entre los que han trabajado y trabajan actualmente conmigo creo que todos sean extraordinarios en menor o mayor modo pero destacan y admiro mucho el trabajo escénico de algunos como Fabio Díaz, Julio Pérez, Levi Calderón, Michelly Ramazzini (aunque si es joven aún), Ely del Águila, Luis Garistú, Ligia González, Irene Guerra, Pablo Iriarte, Rochy Arce (aunque si es tica)  no quiero ofender a nadie, creo que hay harina para hacer pan en Guatemala, solo debemos ponerle el amor justo y alzarlos al lugar que se merecen en el firmamento de la cultura en este país.

De aquellos con los que no he trabajado me encanta Mercedes Arce.

¿Recuerdas cuál fue la primera obra de teatro a la que asististe? No, no lo recuerdo, es que, como dice mi querido Xavier Pacheco, estábamos siempre en el teatro a dar fastidio a todos, ahora, para mí, el teatro es como mi segunda casa, para nosotros irnos de capiuza del colegio era irnos a meter al teatro metropolitano a ver qué hacíamos.

Yo tengo dos amores, las artes gráficas y el teatro, cuando entro, aún hoy, en una tipografía, el olor me pone contento y nostálgico, tenía unos ocho años cuando de regreso a casa del colegio pasé por una pequeña imprenta en la segunda avenida entre cuarta y quinta calle de  la zona uno, allí don Felipe, el tipógrafo, tenía una vieja “Practica Heidelberg” formato 50 x 70 cm, enfrente de la vitrina del local, e imprimía pasando estas hojas enormes de una en una a mano, me quedaba viéndolo esperando que se prensara la mano, después de algunos días me preguntó si quería ayudarlo.

Y así inicié a ir a su tipografía por las tardes a ayudarlo a componer tipos, a cortar papel, y a enamorarme por siempre de la imprenta.

¿Son muchas obras escritas pero tienes alguna preferida por alguna razón? Las obra, son como los hijos, mal o bien los quieres a todos por igual, pero si debo decir que hay una pieza que tengo muy en el corazón es un monólogo: ¿Quién asesinó al Conde Drácula?

Éste lo escribí un año después de la muerte de mi hermano menor Fausto, desgraciadamente se lo llevó el mal del siglo, y fue como un tributo a mi hermanito, lo llevo muy en el corazón, porque, sin pensarlo, un día, un amigo con el que habíamos hecho un sketch de teatro, “El Conde Drácula” que tuvo un gran suceso en la televisión en Italia, tanto que lo llamaban por la calle gritándole “Soy el conde draaacula”, viene y me dijo: “Es muy difícil ser el Conde Drácula en pleno siglo veintiuno... por fortuna nadie sabe en dónde tengo mi cripta...”

Esa frase me quedó impresa y esa misma noche escribí de una sola tirada ¿Quién asesinó el Conde Drácula? Justo en el primer aniversario de la muerte de mi hermano, esa noche, me llamó mi madre para recordármelo, así son las madres, y así de una pieza que desarrollaba las dificultades de un supuesto Conde Drácula a finales del siglo veinte se convirtió en una pieza muy elaborada que termina con a muerte del pobre Conde.

La otra que me encanta es un monólogo también, que hice en el 2012 entre los monólogos de “espantos”, el del Cadejo, aún ahora, leyéndolo me emociona tanto.

¿Qué reconocimientos has recibido? El mundo de los reconocimientos especialmente en Italia es muy extraño, así como pueden llegarte por caso, así te llegan si te expones a concursos y pones en evidencia tu obra, en Guatemala, no he recibido, y creo que será muy difícil hacerlo, algún reconocimiento lo obtuvo “El Asesino” en el Festival Sorrentino de Teatro con el premio “Otros Mundos”, en el 90 recibí el premio literario de Unión Latina como autor joven por un ensayo llamado “Prisión Subterránea”, de cual por cierto no tengo copia, al año siguiente participé en el premio FIL de literatura en Guadalajara con un monólogo teatral llamando “Comoedo comici comoedia” que recibió un reconocimiento por originalidad.

Éste año, Eva, Desnuda, fue nominada como mejor monólogo original en el Festival napoletano de Teatro que se tendrá a finales de año, esperemos vaya bien.

Dime ¿Por qué Milano siempre es bella para morir? Italia está hecha de tantas ciudades, pero tres son las que destacan en todo por el todo:
Nápoli, es la ciudad de la historia, enterrada en el tiempo desde los griegos, antes de los romanos, Nápoli ya existía como ciudad, es una ciudad mágica llena de vida y de historia entrelazada con sus mismos orígenes, víctima de saqueos, de invasiones, todos quieren poseerla y al final es ella la que te posee.

Roma, la ciudad eterna, decadente a veces triunfante, hecha con prepotencia, grande y eterna, que no deja espacio a la imaginación, Roma, no te enamora, no la quieres, no la deseas, no quieres vivir en ella pero serías incapaz de alejarte, Roma llena el eterno vacío de las nostalgias, respirar el aire de Roma te da certeza de que la vida existe.

Y al final, Milano, hecha de razas mixtas, de gente de todas partes que llena el espacio, la ciudad de la moda, del glamour, más que Roma.

Milano es una ciudad fría, pero encantadora, con sus plazas grandes, y sus calles que muestran la grandeza de una ciudad moderna y cosmopolita. Morir a Nápoli o a Roma, no es romántico, es solo un hecho, morir a Milano donde la vida surge, es siempre bello.

¿Cómo ves la participación del público en tus presentaciones? No la veo, el público en Guatemala ha perdido la noción del teatro, por desgracia, por motivos de negocio y de supervivencia, nos dedicamos a hacer comedia e ironía en teatro, tanto, que el guatemalteco promedio cree que el teatro sea solo eso (por Dios, para mí, el teatro es bello cualquier cosa se haga sobre las tablas), pero no es solo comedia simple y doble sentido, hace unos días que presentamos El Asesino, al final de la obra se abrió una charla con el público, así, sin desearlo, saludamos al final de la obra y terminamos haciendo casi un foro, si haberlo planeado, especialmente sobre este tema, el público, no lo sabe que hay del teatro serio también.

Quién logra venir a vernos, especialmente en Cena con Delito, generalmente regresa, se vuelve adicto del tipo de teatro porque participa activamente.

¿A qué te refieres con la “Compañía del Crimen”? Es un desafío y un tributo, la compañía de teatro que fundamos en Italia lleva el mismo nombre, “La Compagnia del Crimine” porque hacemos teatro noir y del crimen, en Guatemala cuando inicié de nuevo a hacer teatro hablando con un amigo me dijo, “que no se te ocurra usar ese nombre en este país”, así que lo hice, es un paradojo, nosotros llevamos diversión en un país lleno de criminalidad, hablamos temas fuertes como en Eva Desnuda y en El Asesino, pero sin ponernos el problema de cuanto mal hay en este país. Si no de cuanto este país necesita de teatro serio también.

¿Qué le falta a Claudio por hacer? Cada día creo más de ser un poco Quijote, me hace falta ver este país lleno de amor por sus origines y su cultura, que conste, cultura no es el mecapal el huipil y el corte, cultura es amor por el conocimiento y las tradiciones, por el futuro y por el pasado, somos hijos de tantas razas, como digo yo, soy de “paches los jueves” y no sé qué sea ir a comer a un fast food si no es en el mercado entre mi gente.

Me hace falta lograr difundir cultura y amor por ésta, el trabajo es arduo y difícil, pero sé que no estoy solo, estamos en tantos tratando de hacerlo, algunos no se han dado cuenta, otros, no se quieren dar cuenta, pero el ligado que dejamos es importante cuanto el bagaje que traemos.

Guatemala y sobre todo los guatemaltecos merecemos una visión diferente, merecemos seguir y cultivar nuestras tradiciones, merecemos la obra de nuestros autores y merecemos vivir en una tierra que nos permita expresarnos.

¿Puedes compartir un mensaje con las personas que leen “Las entrevistas de Heidy”? “El teatro es vida, vivámosla”
Creo que mis palabras no serán jamás suficientes, hoy en día, en las artes en Guatemala, hemos perdido la noción de la realidad, los artistas, vienen considerados al margen de la sociedad, como seres extraños.

Creo que estamos viviendo el medioevo del arte en Guatemala, cada día, al levantarnos, nosotros, los que hacemos arte, a sabiendas o por costumbre, damos un ligado a nuestro futuro, trabajamos bajo esfuerzo, sin dinero, sin recursos, mendigando espacios y aun así, lo hacemos, no es posible describir porqué, pero lo hacemos, quién haciendo dobles trabajos, esforzándose por sacar la tarea del día, quién escribiendo y soñando con lograr mostrarle al mundo su obra, quién, solitario encerrado con sus propios demonios.

Todo esto, es arte, es una herencia para nuestros hijos y para los hijos de nuestros hijos.
El artista no es un mendigo o un juglar que está allí para nuestro deleite, o para ser ignorado u olvidado.

El artista, como todos, come, se viste, tiene hijos, paga el agua, la luz, el cable, las escuelas, los libros, la salud.

El artista, tiene la insolencia de mostrase al público y de decir su verso, cada día, y muestra su mejor o peor cara, cualquiera que sea su condición, podría continuar por miles de páginas a decirles qué es un artista y porqué merece respeto y una posición privilegiada en nuestras vidas, pero no sé filosofar, sé solamente ser artista, loco, soñador y bohemio.

Pero si, les ruego, los incito a todos, a no ir a ver una “lica” o al “extranjero de turno” (nada en contra del cine o los extranjeros), vayan al teatro, vayan a apoyar lo nuestro, un teatro vacío es una parte de nuestra historia que se va en el inodoro.

Una presentación cancelada, como hay tantas, por falta de público, es una parte de la herencia de nuestros hijos que nunca podrán tener.

Y no hablo solo de teatro, hablo de las artes escénicas en general, debemos agarrarnos a lo nuestro, esos vagos (como algunos nos llaman), drogadictos (jamás he probado drogas en mi vida) y quién más tenga más le mata, de los que hacemos arte en este país y en el mundo, somos hijos de alguien, padres de alguien, abuelos (en mi caso también) de alguien, y amamos lo que hacemos, besamos el escenario antes de entrar, oramos juntos antes de salir en escena, le damos gracias a Dios por el público que nos acompaña y por la oportunidad de darles algo de nosotros.

Tengo un sueño, que espero todos mañana inicien a hacer realidad, mi sueño, es ver los teatros llenos, no importa que cosa se presente, son vida vivida en serio, y está hecha para cada uno de nosotros.

Agradezco a Claudio Valerio Gaetani el haber compartido su historia y conocer de su maravillosa trayectoria en el teatro, deseándole muchos éxitos en todo lo que emprenda.



Las entrevistas las pueden leer en los siguientes links:

http://www.heidysandovalruiz.com

http://losinvitadosdeheidy.blogspot.com

https://www.facebook.com/pages/Los-invitados-de-Heidy/892159284204965?ref=hl

Entrevista realizada por Heidy Sandoval Ruiz