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martes, 28 de febrero de 2017

LA CARA AMIGA DE "MARíA RENEE BATLLE"


Nuestra invitada nació en el hermano país de El Salvador, pero desde los 15 años hizo de Guatemala su segunda patria.  Estudió en el Colegio de La Asunción y su formación vocal la realizó con Marina Prado Bolaños en sus primeros años.  Ha dado varios conciertos, misas y recitales.  La historia de hoy es la de María Renée Batlle, quien a lo largo de su trayectoria se ha hecho acreedora  al premio Dante Alighieri por  su destacada participación en la ópera guatemalteca.  De esto y mucho más nos contará María Renée en “La cara amiga de los invitados de Heidy”.

Doy la bienvenida a este espacio donde se puede decir lo que se quiere y en otros lados no se puede a nuestra invitada quien nos contará su historia para que todos conozcamos el trabajo que ha realizado en los años de carrera artística.

Vamos a situarnos en una de las épocas más importantes de nuestra vida.  Esta es una pregunta que no puedo dejar de hacer porque de esta etapa depende mucho lo que queremos realizar en un futuro. 

Naciste en El Salvador pero ¿Desde qué edad te vienes a Guatemala? Me vine a Guatemala a los quince años.  Fue muy difícil dejar a toda mi familia salvadoreña con la que nací y crecí.

¿Dónde realizaste tus estudios? Mis estudios los hice cuando era niña en “La Sagrada Familia”, un pequeño colegio en Santa Ana, El Salvador, cuyas dueñas y fundadoras eran doña Vera Bockler y su hija Gilda Guzmán Bockler, ambas guatemaltecas. Luego me pasé al Colegio de la Asunción, donde estuve en Santa Ana, hasta segundo curso.  Al venirme a Guatemala, también llegué al mismo colegio (de la Asunción) a hacer tercer curso y aquí me gradué de bachiller.  Posteriormente ingresé al Colegio Lehnsen a cursar secretariado comercial, y luego entré a la UFM a estudiar Psicología Clínica. 

 ¿Tus padres son salvadoreños? Únicamente mi padre.  Mi madre era guatemalteca.  Al venirme a Guatemala, nos recibieron todos con los brazos abiertos.  Por eso para mí Guatemala es también mi patria.

¿Recuerdas por qué decide tu familia radicarse en nuestro país? Mi papá era cafetalero y “se enamoró” de una finca en Guatemala.  Decidió  comprarla, trasladarse para acá y trabajarla. 

¿Cómo recuerdas tu adolescencia? Mi adolescencia fue extraña.  Los primeros años de adolescente los pasé en Santa Ana.  Tenía una familia preciosa: abuelos, tíos, primos, mis padres y hermanos.  Éramos muy unidos.  Yo era muy amigable y mantenía mi casa llena de amigas.  Mi padre fue muy estricto, de manera que yo no salía mucho, a menos que fuera en familia. Mi segunda adolescencia fue en Guatemala.  Los primeros años fueron muy tristes.  Extrañaba todo: mi familia, mi casa, mis costumbres, incluso mi pueblo.   

¿No te afectaba estar internada? El internado cambió mi vida drásticamente.  Yo era feliz.  En el internado me sentía aprisionada y con muy pocos incentivos.  Tenía una tía, hermana de mamá que me sacaba todos los fines de semana.  Creo que sin ella hubiera sido peor, por eso ahora que acaba de morir, me dio mucha tristeza.  Toda mi vida le agradecí esas salidas y sus esfuerzos por llevarme y traerme de su casa al internado. Mis primos, los Falla Castillo, fueron como mis segundos hermanos en esa época.

¿Desde cuándo te gustaba cantar? Desde que tengo uso de razón.  Soñaba despierta con los escenarios, el público, el aplauso.  Pero jamás imaginé que lo haría.  Incluso ni siquiera tuve planes de hacerlo.  Todo se dio de una manera coincidente.  Y el canto llegó…

Y a propósito¿Recuerdas que cantabas? De niña llegaba del colegio a escuchar en la radio las canciones que se mantenían en los primeros lugares de audiencia.  Copiaba sus letras en un cuaderno que tenía especial para esto.  De ser posible, ahorraba y me compraba discos.  Mi padre solía darme 5 colones a la semana, y yo era muy ahorrativa, de manera que en cuanto juntaba mis centavos, me iba a las discotecas a comprar mis canciones favoritas.  Eran las de moda: principalmente boleros.  Los he amado toda mi vida. Y por las noches, cuando mis padres iban al cine, apagaba las luces, y cantaba sola encima de los discos, imaginándome que cantaba en algún club nocturno (cosa que nunca hice).

¿En qué momento de tu vida decides que quieres dedicarte al canto? A los 28 años comencé a recibir mis primeras lecciones.  Pero cuando conocí a Luis Girón May, a los 32,  supe inmediatamente que mi mundo sería la ópera.

¿Entre los diversos géneros musicales que hay por cuáles te inclinas? La ópera fue la que canté como prioridad.  Me parece un género divino, muy difícil, pero su belleza es incomparable.  Y como segunda instancia, los boleros.

¿Quién fue la primera persona que te dio instrucción vocal? Marinita Prado Bolaños.

¿Cómo recuerdas el momento en que conoces a Luis Felipe Girón May? Lo recuerdo con una sonrisa.  Tenía una tía, prima de mi madre, quien cantaba ópera.  Eran amigos y él a la vez, le daba lecciones de canto.  Ella era muy sociable, hizo una refacción y me invitó para que él me hiciera una audición.  Lo divertido es que yo estaba tan nerviosa que no canté, sino aullé.  Pero le caí tan bien, que me dijo “te espero mañana en mi casa” y así comenzó nuestra amistad y nuestra historia en común.

¿Alternaste alguna vez con el? Muchísimas veces.  Nunca al principio, sino cuando mi técnica vocal mejoró con el tiempo.  Estuvimos ambos seleccionados para el Premio Arco Iris Maya.  Por supuesto, él se lo ganó, pero tuvo la suficiente generosidad de decir en voz alta que lo quería compartir conmigo y me hizo subir al escenario.  En un tiempo, más que amigos, éramos hermanos.

¿Qué te impresionaba de Luis Felipe? De Luis Felipe puedo decir mucho: era un personaje total.  Podía ser un gran amigo y en este sentido era muy generoso.  Pero si alguien no le gustaba, lo borraba inmediatamente de su mapa mental.  Era muy disciplinado y nos exigía lo mismo (a mí no me costaba, creo serlo).  Pero por su voz se sacrificaba en muchas áreas de la vida.  Jamás lo vi tomar alcohol ni desvelarse fuera de su casa.  

 ¿Recuerdas algo especial de su persona? Como amigo, maravilloso.  Pero ¡ay de ti si eras su enemigo!… era muy rápido en su pensamiento y tenía las contestaciones en la punta de la lengua.  Le encantaba viajar, y logramos hacerlo varias veces juntos.  A Hawaii, Los Angeles, New York, Mazatlán, El Salvador.  Era también ordenadísimo y llevaba recuento de todas sus partituras, CD’s, etc. en la computadora.  Cuando lo conocías, si le caías bien, te conquistaba.

¿Tuviste otros maestros? Por el hecho de que él viajó intensamente en sus primeros años de carrera, me vi obligada a tomar reemplazos.  Una gran maestra a quien recuerdo con cariño en la UFM fue doña Yoly de Paniagua.  Ella me llevó de mezzo soprano a soprano, con su gran paciencia.  Y me dijo que mi voz tenía más brillo como soprano.  Cuando Luis regresó de uno de sus viajes y me escuchó cantando el aria “Pace, pace mío Dio” de la Fuerza del Destino, de inmediato llamó a una amiga soprano, la puso al teléfono para que escuchara mi do natural.  Y me regaló con una linda dedicatoria un libro de arias para soprano.  ¡Estaba feliz!

Por un tiempo me dio clases Salvador Ley.  El era pianista, pero Luis lo recomendó conmigo y me vocalizaba y luego me repasaba mi repertorio.

Luego vino Angélica Rosa en la UFM primero, y luego llegué a asistir a todos sus talleres.  Con ella estuve como 9 años. 

¿Recuerdas cuál fue tu primer escenario? Mi primer escenario serio fue el Club Alemán o las Galerías el D’zunum (no recuerdo cuál fue primero).

¿Tuviste algún temor cuando inicias tu presentación? Jamás logré vencer el terror escénico. 
¿Tienes preferencia por algunas arias operáticas? Definitivamente: el dueto de Lucia de Lammermoor "Il pallor funesto, orrendo”; “Visi d’arte” de Tosca; “O mio babbino caro” de la ópera Gianni Schicchi; “Sempre libera” de Traviata, entre otras.

¿En qué escenarios te has presentado? TV "Vivencias" que dirigía Julia Vela; Canal 5 de TV en programas en vivo; Galería de Arte "El D'Zunum", el I.G.A, Club Alemán; tres recitales operáticos en el pequeño auditorio de la U.F.M. y el grande: Juan Bautista Gutiérrez; Ermita de la Santa Cruz en Antigua Guatemala en Festival Paiz, así como Casa Santo Domingo; Club Alemán; Teatro de Cámara Hugo Carillo; Gran Sala Efraín Recinos del Teatro Nacional ; Teatro Municipal de Quetzaltenango; Dante Alighieri; El Sitio.

¿Has actuado fuera de Guatemala? Varias veces en mi país: El Salvador.  En el Teatro Nacional; Hotel Camino Real; Teatro Presidente, y en Casa Castelli, recitales privados.  En Belice en un hotel cuyo nombre no recuerdo y en el Teatro Nacional Rubén Darío, en Nicaragua.

¿Qué otra cosa te gusta aparte de cantar? Escribir poemas es otra pasión.  Hice mi primer libro en el 2012, recolectando todo lo que tenía hecho hasta ese entonces. 

Por ahí me enteré que te gusta la fotografía ¿A qué le tomas fotos? La fotografía es un hobby que no se me dio fácil.  Me encanta tomar fotos cuando viajo.  Eso es imperdible.  Y llevo bitácoras de todos los lugares en los que hemos estado.

¿Qué nos puedes contar de tu faceta como escritora? Que me inicié tomando cursos en la Escuela de Escritores de Madrid, España: de relatos breves, eróticos, escritura y blogs y redacción y estilo.  Abrí mi primer blog a quien lo tengo como “niño mimado” en el 2007.  Y luego mi página web: www.desdemiinterior.com

¿Cómo es un día en la vida de María Renée? Ajetreado dependiendo del día.  Lo primero que hago al levantarme es postear en fb; me encanta motivar a la gente a ser mejores personas y a que sean felices.  Priorizo también el crecimiento personal y no me puedo imaginar una vida sin pensar en el mejoramiento diario.  Luego depende del día.  Tengo clases de computación, de yoga (comenzaré en breve con pesas y aeróbicos que he hecho toda mi vida, pero por un problema de fatiga crónica lo suspendí por 5 meses); recibo clases de inglés a distancia con Paola Gularte y conversamos por largas horas.  Ahora la considero una amiga más, y muy querida.  Y me tomo algunos momentos para hacer nuevos poemas porque quiero pensar en mi segundo libro.  También asisto cuando puedo a charlas de crecimiento personal o de psicología.

¿Te gusta viajar? ¡Adoro viajar!

¿Qué te gustaría conocer? He tenido la suerte de haber conocido muchas partes del mundo.  Mi predilección es Europa.  Quiero volver a partes que me he quedado sin ver como Suiza; Polonia, quizá la Polinesia y algunas partes de Asia, sobre todo conocer esas culturas tan ancestrales y llenas de misterio para nosotros los occidentales.

Si tuvieras la posibilidad de presentarte en uno de los escenarios más importantes del mundo ¿Cuál te gustaría y por qué? Lo considero imposible, dado de que ya no canto.  Pero el MET en Nueva York es el sueño de cualquier cantante.  Quien cante en el MET ya es grande.

¿Qué proyectos tienes para un futuro cercano? Mi segundo poemario.

¿Puedes compartir un mensaje con las personas que lean la entrevista? Que si tienen talentos los trabajen.  El arte no es fácil.  Se trae la materia prima, pero hay que sacarle brillo.  Son horas y horas de trabajo, pero por ser algo que se trae en el alma, hay una enorme satisfacción personal al hacerlo.  Confíen en si mismos y no cesen de buscar lo que quieren.  Los sueños se pueden conquistar.

Agradezco a María Renée el haber compartido parte de su historia que nos hace conocer a una mujer entusiasta y apasionada por lo que realiza.





Les invitamos para que se unan al grupo de "Artistas de Guatemala para el Mundo" en este link http://on.fb.me/1sn2wSf   el cual tiene como propósito compartir videos, fotos, anécdotas y todo lo de nuestros artistas en las diferentes décadas.

También ponemos a su disposición el grupo “Un siglo de anuncios y algo más…”, un espacio donde pueden compartir o comentar los post que se publiquen http://on.fb.me/1vASm2g   

Las entrevistas las pueden leer en los siguientes links:


Entrevista realizada por Heidy Sandoval Ruiz


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