Nuestra invitada nació en el
hermano país de El Salvador, pero desde los 15 años hizo de Guatemala su
segunda patria. Estudió en el Colegio de
La Asunción y su formación vocal la realizó con Marina Prado Bolaños en sus primeros
años. Ha dado varios conciertos, misas y
recitales. La historia de hoy es la de
María Renée Batlle, quien a lo largo de su trayectoria se ha hecho
acreedora al premio Dante Alighieri
por su destacada participación en la
ópera guatemalteca. De esto y mucho más
nos contará María Renée en “La cara
amiga de los invitados de Heidy”.
Doy la bienvenida a este
espacio donde se puede decir lo que se quiere y en otros lados no se puede a
nuestra invitada quien nos contará su historia para que todos conozcamos el
trabajo que ha realizado en los años de carrera artística.
Vamos a situarnos en una de
las épocas más importantes de nuestra vida.
Esta es una pregunta que no puedo dejar de hacer porque de esta etapa
depende mucho lo que queremos realizar en un futuro.
Naciste
en El Salvador pero ¿Desde qué edad te vienes a Guatemala? Me
vine a Guatemala a los quince años. Fue
muy difícil dejar a toda mi familia salvadoreña con la que nací y crecí.
¿Dónde
realizaste tus estudios? Mis estudios los hice cuando era niña en
“La Sagrada Familia”, un pequeño colegio en Santa Ana, El Salvador, cuyas dueñas
y fundadoras eran doña Vera Bockler y su hija Gilda Guzmán Bockler, ambas
guatemaltecas. Luego me pasé al Colegio de la Asunción, donde estuve en Santa
Ana, hasta segundo curso. Al venirme a
Guatemala, también llegué al mismo colegio (de la Asunción) a hacer tercer
curso y aquí me gradué de bachiller.
Posteriormente ingresé al Colegio Lehnsen a cursar secretariado
comercial, y luego entré a la UFM a estudiar Psicología Clínica.
¿Tus padres son salvadoreños? Únicamente
mi padre. Mi madre era guatemalteca. Al venirme a Guatemala, nos recibieron todos
con los brazos abiertos. Por eso para mí
Guatemala es también mi patria.
¿Recuerdas
por qué decide tu familia radicarse en nuestro país? Mi
papá era cafetalero y “se enamoró” de una finca en Guatemala. Decidió
comprarla, trasladarse para acá y trabajarla.
¿Cómo
recuerdas tu adolescencia? Mi adolescencia fue extraña. Los primeros años de adolescente los pasé en
Santa Ana. Tenía una familia preciosa:
abuelos, tíos, primos, mis padres y hermanos.
Éramos muy unidos. Yo era muy
amigable y mantenía mi casa llena de amigas.
Mi padre fue muy estricto, de manera que yo no salía mucho, a menos que
fuera en familia. Mi segunda adolescencia fue en Guatemala. Los primeros años fueron muy tristes. Extrañaba todo: mi familia, mi casa, mis
costumbres, incluso mi pueblo.
¿No
te afectaba estar internada? El internado cambió mi vida
drásticamente. Yo era feliz. En el internado me sentía aprisionada y con
muy pocos incentivos. Tenía una tía,
hermana de mamá que me sacaba todos los fines de semana. Creo que sin ella hubiera sido peor, por eso
ahora que acaba de morir, me dio mucha tristeza. Toda mi vida le agradecí esas salidas y sus
esfuerzos por llevarme y traerme de su casa al internado. Mis primos, los Falla
Castillo, fueron como mis segundos hermanos en esa época.
¿Desde
cuándo te gustaba cantar? Desde que tengo uso de razón. Soñaba despierta con los escenarios, el
público, el aplauso. Pero jamás imaginé
que lo haría. Incluso ni siquiera tuve
planes de hacerlo. Todo se dio de una
manera coincidente. Y el canto llegó…
Y
a propósito¿Recuerdas que cantabas? De niña llegaba del colegio
a escuchar en la radio las canciones que se mantenían en los primeros lugares
de audiencia. Copiaba sus letras en un
cuaderno que tenía especial para esto.
De ser posible, ahorraba y me compraba discos. Mi padre solía darme 5 colones a la semana, y
yo era muy ahorrativa, de manera que en cuanto juntaba mis centavos, me iba a
las discotecas a comprar mis canciones favoritas. Eran las de moda: principalmente
boleros. Los he amado toda mi vida. Y
por las noches, cuando mis padres iban al cine, apagaba las luces, y cantaba
sola encima de los discos, imaginándome que cantaba en algún club nocturno
(cosa que nunca hice).
¿En
qué momento de tu vida decides que quieres dedicarte al canto? A
los 28 años comencé a recibir mis primeras lecciones. Pero cuando conocí a Luis Girón May, a los
32, supe inmediatamente que mi mundo
sería la ópera.
¿Entre
los diversos géneros musicales que hay por cuáles te inclinas? La
ópera fue la que canté como prioridad.
Me parece un género divino, muy difícil, pero su belleza es
incomparable. Y como segunda instancia,
los boleros.
¿Quién
fue la primera persona que te dio instrucción vocal? Marinita
Prado Bolaños.
¿Cómo
recuerdas el momento en que conoces a Luis Felipe Girón May? Lo
recuerdo con una sonrisa. Tenía una tía,
prima de mi madre, quien cantaba ópera.
Eran amigos y él a la vez, le daba lecciones de canto. Ella era muy sociable, hizo una refacción y
me invitó para que él me hiciera una audición.
Lo divertido es que yo estaba tan nerviosa que no canté, sino
aullé. Pero le caí tan bien, que me dijo
“te espero mañana en mi casa” y así comenzó nuestra amistad y nuestra historia
en común.
¿Alternaste
alguna vez con el? Muchísimas veces. Nunca al principio, sino cuando mi técnica
vocal mejoró con el tiempo. Estuvimos
ambos seleccionados para el Premio Arco Iris Maya. Por supuesto, él se lo ganó, pero tuvo la
suficiente generosidad de decir en voz alta que lo quería compartir conmigo y
me hizo subir al escenario. En un
tiempo, más que amigos, éramos hermanos.
¿Qué
te impresionaba de Luis Felipe? De Luis Felipe puedo decir
mucho: era un personaje total. Podía ser
un gran amigo y en este sentido era muy generoso. Pero si alguien no le gustaba, lo borraba
inmediatamente de su mapa mental. Era
muy disciplinado y nos exigía lo mismo (a mí no me costaba, creo serlo). Pero por su voz se sacrificaba en muchas
áreas de la vida. Jamás lo vi tomar
alcohol ni desvelarse fuera de su casa.
¿Recuerdas algo especial de su persona? Como
amigo, maravilloso. Pero ¡ay de ti si
eras su enemigo!… era muy rápido en su pensamiento y tenía las contestaciones
en la punta de la lengua. Le encantaba
viajar, y logramos hacerlo varias veces juntos.
A Hawaii, Los Angeles, New York, Mazatlán, El Salvador. Era también ordenadísimo y llevaba recuento
de todas sus partituras, CD’s, etc. en la computadora. Cuando lo conocías, si le caías bien, te
conquistaba.
¿Tuviste
otros maestros? Por el hecho de que él viajó intensamente en
sus primeros años de carrera, me vi obligada a tomar reemplazos. Una gran maestra a quien recuerdo con cariño
en la UFM fue doña Yoly de Paniagua.
Ella me llevó de mezzo soprano a soprano, con su gran paciencia. Y me dijo que mi voz tenía más brillo como
soprano. Cuando Luis regresó de uno de
sus viajes y me escuchó cantando el aria “Pace, pace mío Dio” de la Fuerza del
Destino, de inmediato llamó a una amiga soprano, la puso al teléfono para que
escuchara mi do natural. Y me regaló con
una linda dedicatoria un libro de arias para soprano. ¡Estaba feliz!
Por un tiempo me dio clases
Salvador Ley. El era pianista, pero Luis
lo recomendó conmigo y me vocalizaba y luego me repasaba mi repertorio.
Luego vino Angélica Rosa en
la UFM primero, y luego llegué a asistir a todos sus talleres. Con ella estuve como 9 años.
¿Recuerdas
cuál fue tu primer escenario? Mi primer escenario serio
fue el Club Alemán o las Galerías el D’zunum (no recuerdo cuál fue primero).
¿Tuviste
algún temor cuando inicias tu presentación? Jamás logré vencer el
terror escénico.
¿Tienes
preferencia por algunas arias operáticas? Definitivamente: el
dueto de Lucia de Lammermoor "Il pallor funesto, orrendo”; “Visi d’arte”
de Tosca; “O mio babbino caro” de la ópera Gianni Schicchi; “Sempre libera” de
Traviata, entre otras.
¿En
qué escenarios te has presentado? TV "Vivencias" que
dirigía Julia Vela; Canal 5 de TV en programas en vivo; Galería de Arte
"El D'Zunum", el I.G.A, Club Alemán; tres recitales operáticos en el
pequeño auditorio de la U.F.M. y el grande: Juan Bautista Gutiérrez; Ermita de
la Santa Cruz en Antigua Guatemala en Festival Paiz, así como Casa Santo
Domingo; Club Alemán; Teatro de Cámara Hugo Carillo; Gran Sala Efraín Recinos
del Teatro Nacional ; Teatro Municipal de Quetzaltenango; Dante Alighieri; El
Sitio.
¿Has
actuado fuera de Guatemala? Varias veces en mi país: El
Salvador. En el Teatro Nacional; Hotel
Camino Real; Teatro Presidente, y en Casa Castelli, recitales privados. En Belice en un hotel cuyo nombre no recuerdo
y en el Teatro Nacional Rubén Darío, en Nicaragua.
¿Qué
otra cosa te gusta aparte de cantar? Escribir poemas es otra
pasión. Hice mi primer libro en el 2012,
recolectando todo lo que tenía hecho hasta ese entonces.
Por
ahí me enteré que te gusta la fotografía ¿A qué le tomas fotos? La
fotografía es un hobby que no se me dio fácil.
Me encanta tomar fotos cuando viajo.
Eso es imperdible. Y llevo
bitácoras de todos los lugares en los que hemos estado.
¿Qué
nos puedes contar de tu faceta como escritora? Que
me inicié tomando cursos en la Escuela de Escritores de Madrid, España: de
relatos breves, eróticos, escritura y blogs y redacción y estilo. Abrí mi primer blog a quien lo tengo como
“niño mimado” en el 2007. Y luego mi
página web: www.desdemiinterior.com
¿Cómo
es un día en la vida de María Renée? Ajetreado dependiendo del
día. Lo primero que hago al levantarme
es postear en fb; me encanta motivar a la gente a ser mejores personas y a que
sean felices. Priorizo también el
crecimiento personal y no me puedo imaginar una vida sin pensar en el
mejoramiento diario. Luego depende del
día. Tengo clases de computación, de
yoga (comenzaré en breve con pesas y aeróbicos que he hecho toda mi vida, pero
por un problema de fatiga crónica lo suspendí por 5 meses); recibo clases de
inglés a distancia con Paola Gularte y conversamos por largas horas. Ahora la considero una amiga más, y muy
querida. Y me tomo algunos momentos para
hacer nuevos poemas porque quiero pensar en mi segundo libro. También asisto cuando puedo a charlas de
crecimiento personal o de psicología.
¿Te
gusta viajar? ¡Adoro viajar!
¿Qué
te gustaría conocer? He tenido la suerte de haber conocido muchas
partes del mundo. Mi predilección es
Europa. Quiero volver a partes que me he
quedado sin ver como Suiza; Polonia, quizá la Polinesia y algunas partes de
Asia, sobre todo conocer esas culturas tan ancestrales y llenas de misterio para
nosotros los occidentales.
Si
tuvieras la posibilidad de presentarte en uno de los escenarios más importantes
del mundo ¿Cuál te gustaría y por qué? Lo considero imposible, dado
de que ya no canto. Pero el MET en Nueva
York es el sueño de cualquier cantante.
Quien cante en el MET ya es grande.
¿Qué
proyectos tienes para un futuro cercano? Mi segundo poemario.
¿Puedes
compartir un mensaje con las personas que lean la entrevista? Que
si tienen talentos los trabajen. El arte
no es fácil. Se trae la materia prima,
pero hay que sacarle brillo. Son horas y
horas de trabajo, pero por ser algo que se trae en el alma, hay una enorme
satisfacción personal al hacerlo.
Confíen en si mismos y no cesen de buscar lo que quieren. Los sueños se pueden conquistar.
Agradezco a María Renée el
haber compartido parte de su historia que nos hace conocer a una mujer
entusiasta y apasionada por lo que realiza.
Les invitamos para que se
unan al grupo de "Artistas de
Guatemala para el Mundo" en este link http://on.fb.me/1sn2wSf
el cual tiene como propósito compartir
videos, fotos, anécdotas y todo lo de nuestros artistas en las diferentes
décadas.
También ponemos a su
disposición el grupo “Un siglo de
anuncios y algo más…”, un espacio donde pueden compartir o comentar los
post que se publiquen http://on.fb.me/1vASm2g
Las
entrevistas las pueden leer en los siguientes links:
Entrevista
realizada por Heidy Sandoval Ruiz
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