En la “Cara amiga de los invitados de Heidy”, presento en esta oportunidad
a uno de los artistas consentidos de muchos guatemaltecos, actor, dramaturgo y
comediante su nombre Jairon Salguero
quien se inicia profesionalmente en las tablas en el año de 1993. Es uno de los actores que con su trabajo no
solamente hace reír, también hace reflexionar con sus sketches. Es publicista y su madre ha sido todo para
el. De muchos aspectos nos platicará nuestro invitado a quien le damos la
bienvenida a este espacio donde se puede decir lo que se quiere y en otros
lados no se puede.
Al fin se nos hizo Jairon
tenerte en este espacio y conocer muchas cosas de tu vida personal y artística
que no conocemos. Por lo que quiero que
nos cuentes.
¿Cómo
recuerdas la etapa de tu niñez? ¿Dónde vivías?
Toda la familia somos de Zacapa, pero siendo yo muy niño
nos venimos a vivir a la ciudad capital, a la populosa zona 5. Vivimos mucho tiempo ahí en la colonia Abril
(por el manantial) y luego nos fuimos para la colonia El Edén, cerca de la
iglesia del padre Chemita, donde llegué siendo niño, fui adolescente y me
convertí en adulto.
Mis padres eran muy pobres y
ambos tenían que trabajar. Y tuve la suerte de tener dos mamás, mi madre y mi
abuela materna o mi “mama Chave”, así le decía yo, mama sin tilde. Ella me crió con mucho cariño y sobre todo me
consintió demasiado. Todos los días me compraba mi jugo de frutas o mi atol
dulce, me hacía mis comidas preferidas y también me corregía con el chicote que
siempre estaba colgado detrás de la puerta de la cocina. Crecí escuchando de
sus labios los cuentos y anécdotas de la tradición oral zacapaneca y si algo
tenía mi mama Chave era esa gracia para contar las cosas, creo que de ella
heredé el buen humor.
Recuerdo que la radio era
nuestra compañía, escuchábamos los programas de Chilo Pérez, Carlitos Chivir y
las radio novelas de la radio mundial.
En esa radio había un programa para niños que se llamaba “El programaba
de la Abuelita”, mi mama Chave y yo desayunábamos escuchando el programa,
recuerdo esos desayunos… frijolitos con crema y tortillas partidas fritas con
huevo, tomate y cebollita picada.
Sin duda alguna mi mama Chave,
hizo mi infancia muy feliz. Hoy día en mis shows cuento anécdotas que ella me
contó y la gente se divierte mucho, pero se divertirían más si la hubiesen
escuchado a ella. Extraño a mi mama.
En
tu ambiente familiar ¿Qué recuerdos tienes de tus padres, hermanos y familiares
cercanos? Yo no crecí con hermanos.
Soy hijo único. Tengo tres hermanas de parte de padre más grandes que
yo, pero la convivencia fue muy poca. Mi
papá, era carpintero, un hombre tosco, fuerte, serio y exigente, pero tengo
recuerdos muy gratos de él, me enseñó a montar bicicleta, a jugar trompo, a
construir y volar mi propio barrilete y también fue él quien me enseñó a quemar
cuetes para navidad. El viejo, se
preocupaba mucho por mi educación, él decía que los padres cuando son pobres la
única herencia que le pueden dejar a los hijos es la educación y que aprendan a
ganarse el dinero con su trabajo y si es sin jefe mejor.
Ambas cosas las
cumplió. Gracias a su apoyo yo pude
terminar la universidad (ya no vio graduarme de la U pues murió un año antes) y
me enseñó a ganarme los lenes desde muy niño, recuerdo que ya a los cinco años
me llevaba al taller a lijar muebles y poco a poco me fue ensañando el oficio
de la carpintería pero sobre todo me motivó para ser emprendedor y siempre ser
mi propio jefe.
Mi vieja, doña Tere, ella es
un tesoro. Costurera y de las buenas. Dejó los mejores años de su vida y su
salud en las maquilas para que nunca le faltara lo indispensable a su único
hijo. Ella y yo estuvimos al borde de la muerte el día que yo vine a este
mundo, tanto que pusieron a elegir a mi papá entre una esposa o su único hijo
varón. Decía mi mama Chave que lo ocurrido aquel 15 de julio de luna llena
había sido un milagro de Dios, porque a las 6:15 de la mañana dijeron los
médicos que no sabían cómo, pero que los dos estábamos bien. Mi madre, ha sido mi sostén, mi consuelo, mi
premio y la única persona que creyó en mi cuando decidí dedicarme a ser
artista. Ella me ha apoyado, cociendo el vestuario, los telones, las bambalinas
y todo aquello que requiera tela en una producción.
Jairon
otro paso importante sin duda alguna es la adolescencia ¿Qué nos cuentas de
esta etapa de tu vida? ¿Qué hacías aparte de estudiar? Una
buena etapa de mi vida. La viví en la
colonia El Edén en la zona 5 y con los cuates de la cuadra vivimos un montón de
aventuras que sin duda fundieron una maravillosa amistad que hasta hoy día
perdura. Con ellos nos colábamos en las fiestas, salíamos a conectar patojas,
aprendí a echarme los tragos y a probar otras esencias espirituosas, naturales,
pero ilegales, eso si con mucha responsabilidad. Nos cuidábamos mucho,
entenderán que la colonia era y es un barrio bravo, donde lastimosamente muchos
de los jóvenes terminaban graduándose de delincuentes o muertos. Pero nosotros
aún estamos vivos y cada quien desempeñándose en su oficio o profesión siendo
útiles a esta sociedad.
Si
te menciono “Grupo Katok ¿Qué traigo a tu mente? La
Facultad de Ingeniería de la USAC. Un
grupo de teatro muy alegre donde di mis primeros pasos como actor y como
dramaturgo, recorrimos muchos pueblos de la república llevando teatro huelguero
con mucho humor y mensaje positivo, fue ahí donde conocí a mis dos mejores
amigos de la vida, Monsy Guerra y Julio Araujo, ahora somos compadres. Una
amistad de 23 años.
Rubén
Morales Monroy uno de los directores teatrales más importantes ¿Tuviste la
oportunidad de conocerlo? ¿Qué es lo que más te impresionó de el? El
maestro Rubén fue de los mejores. Director de la compañía de teatro de la
Universidad Popular y fundador de la Academia de Arte Dramático de la UP que
hoy lleva su nombre, además de impulsar durante más de 20 años los festivales
de teatro guatemalteco, conocido por el mote de “el motor del teatro guatemalteco”. Fue un buen amigo y mi maestro. Terminó
echándome de la academia, pero sin duda alguna sus montajes teatrales aún se
encuentran en mi mente. La disciplina
que nos contagió a todos los que pasamos por sus aulas y sobre todo despertar
en nosotros el amor por las tablas es lo que más le agradezco. Ya no hay maestros como él.
¿Qué
significado tiene para tu vida artística el año de 1993? Mi
debut profesional, exactamente el 13 de agosto de 1993. Con la compañía de teatro de la Universidad
Popular en la obra de Manuel Galich “El Pescado Indigesto” dirigida por Rubén
Morales Monroy. Tenía veinte años y fue
nacer a una nueva vida “la vida artística”.
A
propósito ¿A qué catedráticos de la Escuela de Ciencias de la Comunicación
recuerdas y por qué? Recuerdo casi a todos mis catedráticos universitarios,
pero especialmente a Douglas Barillas, porque sus clases eran bien diferentes,
Eran cátedras, donde discutíamos los temas, no solo llegábamos a tomar nota y
estudiar para un examen sino más bien prepararnos para la vida. Y al licenciado Paredes un hombre bonachón
con quien terminamos siendo buenos amigos.
Manuel
Lisandro Chávez es otro de los grandes del teatro ¿Trabajaste directamente con
el? Mi
maestro y mentor. El pionero del teatro guatemalteco, maestro de maestros. Yo llegué a pedirle una oportunidad para
formar parte del elenco de “El Benemérito Pueblo de Villa Buena”, y ya estaban
cabales, pero el vio algo en mí que decidió dejarme como comodín de la obra, es
decir que si un actor faltaba yo entraba a batear de emergente. En esa obra hice casi todos los papeles, pues
como había comodín los actores pedían permiso y ahí iba Jairon a batear,
también hice luces, sonido, escenografía y a media temporada terminé
interpretando uno de los personajes principales de la obra, pues uno de los
actores ya no pudo seguir y yo me quedé con el papel. Al siguiente año fue don Memito (como le
decimos de cariño) quien me dio mi primer papel protagónico, yo encarnaría a
Sancho, en la obra Sancho Panza en la Ínsula de Alejandro Casona. Trabaje dos años más con el grupo 7-79 y ya
después agarré mi propio vuelo.
Dentro
de la comedia hay varios géneros ¿Cuáles son los que te gusta y te hacen sentir
más identificado con el público? Yo escribo las comedias que
la compañía lleva a escena. He escrito sátira política, teatro costumbrista,
comedia de situación, comedia de enredos y cada una tiene lo suyo. Últimamente
he llevado a escena monólogos del género stand up comedy y me ha ido muy
bien. Tengo un trabajo titulado “Cásate
y verás” que lleva más de 500 funciones, dos giras por todo el país y una gira
por Centroamérica y “Puchica Así somos los Chapines”, que ya rebasó las 350
presentaciones. Me encanta el Stand Up,
pues es Jairon el que se entrega al público y no un personaje, lo que me permite
ser autentico ante la audiencia.
¿En
cuántas obras has participado y en cuáles has tenido el papel principal? Desde
que fundamos la compañía de teatro Los Comediantes, que fue en el año 1995,
siempre he tenido el papel principal y ya son 20 comedias a razón de una por
año, en promedio, pues hay obras que las hemos tenido 18 y hasta 24 meses en
escena y otras donde no hemos durando ni 10 semanas.
¿Cuántas
obras de teatro has producido? Hasta hoy día son 24
producciones. Pues también he llevado a
escena libretos que no he escrito como “El planeta de Ensueños” de mi maestro
Ricardo Martinez, que fue la única producción para niños que he realizado. Y otras más de autores latinoamericanos pero
que en realidad han tenido poco éxito en la taquilla.
¿Cuál
es la mejor cualidad y el peor defecto de Jairon Salguero? Es
bien difícil poder calificarse uno mismo, pues si bien yo creo que algo es
virtud la gente puede decir que es un defecto. Por ejemplo: Mi sentido del
humor en el escenario no es el mismo que en la calle y la gente hasta se enoja
al verme muy serio pues creen que yo me la paso risa y risa, pero no soy
comediante de tiempo completo, en fin… mi cualidad creo yo es que amo lo hago
para no tener que trabajar y por ende soy muy disciplinado con la parte
artística y mi mayor defecto es que no me gustan los problemas, si algo se
convierte en problema no lo quiero, lo saco de mi vida. La vida es una y tan
corta como para estársela amargando.
¿A
qué actores o actrices de la época de oro has admirado? ¿Trabajaste con alguno
de ellos? El actor guatemalteco que más he admirado desde que soy
niño es Rafael Pineda. Y tuve la dicha de compartir tablas con él. Fue él quien me enseñó a amar esta profesión,
tuve la oportunidad de compartir tablas con él en el grupo 7-79 y también tuve
la dicha de que le diera vida a uno de los personajes de mi obra “Tres viejos
Coquetos” donde el interpreto a Rufus.
Le tengo un cariño y
admiración especial a Herbert Meneses.
Él fue quien me hizo actor. Él fue quien me enseño la técnica y también
hizo que me enamorara del escenario. Compartí escena con él también en el 7-79
y fue director de mi compañía a sus inicios. Amo a ese viejo lindo.
Salomón Gómez, tiene un
apartado especial en mi vida, no sé ni cómo, ni cuándo, nos hicimos amigos, y
aunque nunca compartimos escena (como me hubiera gustado) siempre estaba
ahí. Le dio vida a uno de los personajes
de mi obra “Tres Viejos Coquetos” y nadie lo ha interpretado como él. Una anécdota curiosa es que yo llegué al TAU
a saludarlo pues quería que dirigiera una obra que acababa de escribir y que
llevaría a escena en enero, la idea le entusiasmo y quedamos de vernos el
martes de la semana siguiente. Preparándome
estaba para ir a reunirme con él cuando me llaman a mi teléfono y me informan
que había fallecido. Fue y es una
tristeza enorme además de una gran pérdida para la escena nacional.
Y Manuel Corleto. Mi maestro de escritura. Un viejo loco que sigo recordando. Siempre quiso que practicara karate con él
pero preferí practicar la dramaturgia. Tengo muy gratos y lindos recuerdos con
Corleto. Siempre discutía conmigo sus
teorías como la del “No Teatro”, “Fabrica de Estrellas” y Su controversial
“Teoría del Escándalo” que dicho sea de paso fui testigo cuando la puso en práctica.
¿Te
gusta hacer monólogos? ¿Qué tan fácil o difícil es hacer reír al público una
hora u hora y media? y que este por supuesto no pierda la atención. Es
algo maravilloso. Es un contacto real
con el público. Cuando hago monólogos no
interpreto a un personaje, sino soy yo, armado únicamente con un micrófono
sosteniendo una conversación de una sola vía con la gente. Pero la respuesta del público son sus risas y
aplausos es genial. Para hacer comedia
se necesitan dos, el comediante y el público, sin el público no se puede, ya lo
intenté y no es lo mismo. Y no te podría decir si es difícil, pues gracias a
Dios tengo ese no sé qué, que hace que la gente ría. Creo que es la forma de decir las cosas. Yo he visto material de mi autoría en otros
comediantes y la gente no reacciona igual. Ahora bien, mantener un show por
hora y media si es difícil, pues la gente siempre espera más y más y más es
cuestión de uno saber medir la dosis de humor para que la gente siempre se
mantenga atenta.
Hablemos
de otra de las facetas que ha hecho que destaques en el ambiente radial ¿Qué
nos cuentas del programa de radio que llegó a tener un excelente nivel de
audiencia? Fue una buena experiencia. Yo no soy locutor, soy publicista. Pero
llegué a la radio por casualidad. Fui a una entrevista para promocionar una de
mis obras y casualmente el director de la radio locutaba en ese programa, la
cosa fue que salió tan divertida la entrevista que me pidió un demo para un
programa matutino, junto a José Luis Escobar diagramamos un formato y lo
aprobaron. Posteriormente tuvimos un
conflicto de intereses con la empresa y decidí irme de la radio.
Después estuve en otras
radios pero el humor que hacía era más político y el dueño de la radio me
censuró pues según él estaba hablando mal del gobierno y eso afectaba sus
intereses, y como yo no vendo mis principios decidí retirarme.
Si algo extraño de hacer
radio es el cariño del público y esa amistad que se da con la audiencia, que,
aunque uno no los ve, siempre están con uno.
Recuerdo mucho que cuando cumplía años la gente llevaba pastel,
sorpresas, y regalos hasta la cabina.
¿Has
recibido reconocimientos a lo largo de tu carrera artística? Si,
un par de premios por mejor obra de teatro y algunas nominaciones.
Reconocimientos de establecimientos educativos e instituciones a las cuales
apoyo con mi trabajo, pero considero que el mejor reconocimiento que tengo es
la asistencia del público semana a semana a las salas donde me presente, ya que
con ello me permiten vivir de lo que hago.
Que más reconocimiento que el del público pagando una taquilla hacia mi
trabajo.
Con Pedro Armendariz Jr. |
¿Qué
proyectos tienes para el resto del año 2017? Pues estoy por
estrenar un unipersonal que mezcla el teatro con el stand up, que he bautizado
“Mas sabe el diablo por Facebook que por diablo” con este trabajo termino el
año y luego pues a cubrir los convivios y eventos de fin de año.
¿Puedes
enviar un mensaje a quienes lean la entrevista? Pues
nada, gracias por leer hasta aquí. Espero que hayan conocido un poco más de mi
persona y recordarles a todos que sonrían.
Cuando uno está sonriente, el cerebro reconoce la sonrisa como estado de
felicidad y pues cuando uno está feliz no tiene tiempo de andar chingando. Bendiciones y salud para todos y recuerden
que “La risa es el único tranquilizante que no produce efecto secundario.
Gracias Jairon por haber
compartido momentos especiales de tu vida, deseándote que continúen los éxitos
en tu carrera profesional, una historia que nos muestra la perseverancia y amor
que nuestro invitado tiene a esta profesión.
Les invitamos para que se
unan al grupo de "Artistas de
Guatemala para el Mundo" en este link http://on.fb.me/1sn2wSf
el cual tiene como propósito compartir
videos, fotos, anécdotas y todo lo de nuestros artistas en las diferentes
décadas.
Hemos creado el grupo “Las entrevistas de Heidy” que pueden
localizar en
También ponemos a su
disposición el grupo “Un siglo de anuncios y algo más…”, un espacio donde
pueden compartir o comentar los post que se publiquen http://on.fb.me/1vASm2g
Las
entrevistas las pueden leer en los siguientes links:
Entrevista realizada por
Heidy Sandoval Ruiz
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