LAS ENTREVISTAS DE HEIDY

domingo, 12 de marzo de 2017

LA CARA AMIGA DE "JUAN DOMINGUEZ"


En la “Cara amiga de los invitados de Heidy”, llega a nuestro espacio la historia de un cubano americano que radica en Guatemala desde el año 2006, haciendo de nuestro país su segunda patria.  Ha trabajado y participado en varias actividades.  Dirigió hasta el año 2014 el programa de Danza de ArteCentro Graciela Andrade de Paiz, un proyecto de la Fundación Paiz para la Educación y la Cultura. Hoy nos complace presentarles a ustedes parte de la vida personal y artística de Juan Domínguez quien entre otras cosas nos cuenta que en 1962 dejó su tierra natal.

Doy la bienvenida a este espacio a nuestro invitado para que sea el quien nos cuente de su trayectoria y mucho más.

Muchas gracias, Heidy, ¡me siento muy honrado que me hayas invitado a ser parte de tus invitados! Y por supuesto listo para contestar tus preguntas.

Eres originario de Cuba ¿Qué recuerdos tienes de tu familia y tu etapa de la niñez en la isla?  Yo salí de Cuba con mi papá, mi mamá y mis hermanos, tenía nueve años. Somos cuatro, dos mujeres y dos varones. Soy el mayor. Para mí la partida de Cuba ha hecho mucho impacto, cosa que me he dado cuenta más y más a través de los años. Por ejemplo, he vivido en varios lugares del mundo: los EEUU, en España, lo que fue Yugoslavia, Hungría y ahora Guatemala. Quizás al ser arrancado a corta edad de mi tierra natal me ha dejado como un gitano que explora el mundo y sus maravillas.

¿De qué localidad eres originario? De la Habana--El Cerro--pero  la mayor parte de mi niñez la viví en las afueras de Guanabacoa.

Tu eres un primerísimo bailarín ¿Dónde aprendes y que tipo de baile es el que dominas? Bueno, muchísimas gracias por lo de primerísimo. Si he tenido mucha suerte en la danza es quizás porque soy hombre y en la danza existe un déficit de hombres en todos lados y también porque me esforcé para ser buen bailarín, entonces esas dos cosas se juntaron para que nunca me faltaran propuestas ni trabajo.  Yo empecé a bailar con la danza popular que se hacía en las fiestas familiares de la comunidad cubana tanto en la isla como en los EEUU. Sin embargo, viniendo de una familia muy conservadora, la danza no era al principio una posibilidad como carrera para mí. Yo empecé con el ballet clásico cuando ya tenía unos 20 años, en la U de Tallahassee, en la Florida; me hubiese gustado comenzar más temprano. Sin embargo aprendí rápido y en poco tiempo ya estaba interpretando personajes claves en ballets como Giselle, El Lago de los Cisnes, Danzas Polovetsas, y muchos otros más. El clásico tal vez aún sigue siendo mi favorito porque teniendo esa base te abre las puertas para muchos estilos y tipos de baile.

¿Con qué estilo de baile se te conoce en el ambiente artístico en Guatemala? Me conocen más por tango argentino, porque bailé en una compañía de tango en los EEUU y aquí cuando primero vine no había mucho tango como baile y me tocó, por varias razones, hacer un poco de introducción al público.  Sin embargo, los últimos veinte años de mi carrera artística como bailarín profesional la dediqué a bailar carácter, técnica Igor Moiseev--un maestro, coreógrafo, y bailarín soviético. El carácter es una parte del ballet clásico que se enfoca en las danzas nacionales del siglo XIX y caracterizaciones de personajes como ancianos, campesinos, animales, etc., de ahí viene el nombre carácter. Antes el carácter se hacía más que nada en los primeros dos actos de los ballets clásicos--los llamados "ballets blancs", los clásicos que se siguen bailando hoy, si te das cuenta normalmente en eso primeros actos incluyen mazurcas, czardas, polonesas, etc., esas son danzas dentro de la categoría carácter. Hoy día hay compañías que se dedican a presentar nuevas coreografías de estilo carácter y también existes varias técnicas, aunque sobre todo predominan las rusas.
¿Dónde realizas tus estudios de danza con ballet clásico, danza contemporánea y Jazz? ¿Recuerdas a tus maestros?  Comencé con Ballet Clásico, técnica Ceccheti, principalmente con Nancy Carroll Abbey, directora del Ballet de Tallahassee. Ya había tomado clases y cursos antes de eso de varios estilos de danza. Cursé con varios otros como Gordon Paxman en la Universidad de Utah en Salt Lake City, Rose Popov en Oregon, y otros más. Como siempre he sido muy aventurero, también he cursado con otros maestros y otros estilos. Resalta en Jazz con el maestro Luigi de Nueva York, y los maestros más memorables de danza carácter serían David Boyet, Mari Nijessen, Leonid Shagalov y Vassily Muntian. Los últimos dos eran bailarines del Ballet Moiseev en Moscú que llegaron a radicar en San Francisco, California donde viví por 20 años.

¿En qué año dejas la isla para radicarte en Estados Unidos? En Agosto de 1962.

¿Recuerdas cuál es el primer escenario en el que te presentas fuera de Cuba? Hmm...no recuerdo exactamente dónde pero fue en Tallahassee, Florida en la "U" (Florida State University.)

Si te digo Northern California Arts Loan Fund ¿Qué traigo a tu mente? El Northern California Arts Loan Fund fue un esfuerzo de colaboración entre varias fundaciones del área de la Bahia de San Francisco, California. No fui el fundador, pero si fui el "chairman" por varios años. Era un esfuerzo en que las fundaciones involucradas, habían más de veinte si me recuerdo bien, aportaban para crear un fondo monetario de apoyo a organizaciones no gubernamentales culturales que se encontraban en momentos difíciles, en inglés se dice "cash flow." A estas que nos pedían ayuda se les otorgaban prestamos de corto plazo alrededor de $5,000 USD (pero también habían montos más grandes dependiendo de la organización) para que pudieran seguir con sus proyectos y labores después de una falta de ingresos temporal. Normalmente las organizaciones nos presentaban como garantía sus ventas de las entradas futuras u o tipo de garantía para reponer el préstamo y así seguir apoyando a otras organizaciones necesitadas. Parte de la inspiración para esto fue que estas organizaciones no podrían ir a un banco y pedir préstamos  ya que la gran mayoría no llenaban los requisitos básicos exigidos por los bancos.

Este programa tuvo mucho éxito y aceptación. En el tiempo que estuve como chairman se prestaron miles de dólares y solo hubo muy poco impagos del préstamo. Tanto fue el éxito que después nos dimos cuenta que también había necesidad de parte de los artistas individuales, o sea, aquellos que no eran organizaciones ONGs legalmente establecidas pero que también necesitaban este tipo de apoyo y desarrollamos un programa para poder ayudar a estos artistas independientes. Esto costó un poco porque al no tener ningún tipo de entidad legal esos individuos, nos estábamos arriesgando con la IRS--la SAT de Los EEUU--y con situaciones legales. El modelo era parecido al primer modelo pero para apoyar los independientes hubo que añadir otra jerarquía que los representara de manera temporal y así cumplir con los requisitos del fisco y legales.

Tengo entendido que estos programas aún siguen, aunque he perdido un poco de contacto con esto. El comité que dirigía estos esfuerzos, de cuál yo fui elegido como chairman dos veces, se convirtió en una serie de panel intelectual acerca del manejo de las artes en el área de la Bahía de San Francisco, una región muy rica en expresiones árticas de toda clase, y se volvió como un tipo de cámara de compensación para toda la región donde proyectos de arte se discutían y asesoraban antes de su desarrollo.


¿Cuál fue el programa que instituiste relacionado con las clases de danza? Bueno, cuando llegué a Guatemala en el 2006 un amigo me presentó con la directora del futuro ArteCentro, un proyecto de la Fundación Paiz, tengo entendido que la idea en ese entonces era de Jacqueline Riera de Paiz, esposa de Carlos Paiz Andrade. La Fundación proponía rescatar el nombre Paiz después de ser adquirido por la empresa norteamericana Walmart. Para esto le compraron a Walmart el lugar donde nació la empresa sobre la novena calle en la zona uno, a un costado del Congreso y comenzaron a renovar el espacio como un centro de cultura. Yo me había jubilado de los EEUU como opción temprana y no esperaba tener oportunidades de emprender proyectos en Guatemala aunque si se me había cruzado por la mente.  Al conocer la directora del proyecto me citó y le llevé mi currículum, que aún estaba en inglés, no me había dado oportunidad de traducirlo, ella lo vio y me resultó ofreciendo opción a cinco diferentes plazas, todas como coordinador de una área del arte ya que ese lugar en ese entonces se dividiría en Música, Danza, Artes Visuales, Literatura y Teatro. Yo por mi pasión escogí la danza. No sabía en lo que me iba a meter porque nunca había trabajado fuera de los EEUU como administrador o coordinador, que fue el título que me tocaba.

No conocía el medio, tenía pocos contactos, no era chapín, el sitio donde trabajaría aún estaba en remodelación, casi en reconstrucción, había que ver instalaciones, maestros, horarios, programas de educación, promoción, etc. Era un reto verdadero. Yo diseñé un programa de danza tomando como concepto cursos de enriquecimiento, no necesariamente cursos que otorgaban un diploma pues esa opción no nos la dio la Fundación por ser muy complicada y onerosa con permisos del estado. Pero fue mejor así, porque en Guatemala existían varias escuelas y academias ya bien establecidas que tenía eso como propósito.

El programa que diseñé está basado en la costumbre norteamericana porque era lo que conocía y confiaba y más específico en un programa muy exitoso de danza en San Francisco: Lines Dance Academy, fundada por un amigo mío, Alonzo King. Con una base de ballet clásico para niños y adolescentes, el programa también ofrecía una gran gama de expresiones danzísticas: danza clásica, técnicas contemporáneas, danzas étnicas, y populares y otras cosas más. Fuimos, creo, unos de los primeros centros de educación de danza en Guatemala que ofreció cursos en una academia de Hip Hop tal vez bajo techo. También de Tango argentino, Bailes de Salón (Ballroom dance), danza del vientre o árabe, Capoeira, entre otras.

En ballet y la danza contemporánea contábamos como maestros a algunos de los más destacados bailarines y coreógrafos de Guatemala: Lillian González Arce, Brenda Arévalo, Blanca Rosa Quiñónez, Claudia Argüello, Edwin Cruz, Lucía Armas, Sabrina Castillo, Kazia Orantes, Ivan Solis, y otros no menos destacados, pero que no se me ocurren ahora.

Mi política era darle preferencia a maestros nacionales pero cuando no había o no encontraba, contrataba a extranjeros que estaban en Guatemala o de paso. A mi también me tocó dar clases en casi todos los estilos en que tenía criterio cuando un maestro no podría llegar o no encontraba. Así resulté dando clases de ballet para niños, bailes de salón, otros más, y por ende tango argentino, encima de mis responsabilidades como coordinador.

Desde el principio traíamos maestros destacados del exterior para que dieran talleres en esas áreas que no había mucha experiencia en Guatemala. Invitamos a maestros de tango de Argentina, Colombia y México. Trajimos maestras de danza del vientre, en especial Fusion Tribal desde los EEUU. También una gran lista de coreógrafos y maestros de danza como Lawrence Pech, director del San Francisco Opera Ballet, Vanessa Valecillos y Nicholas Deleneuve, maestros del Ballet Hispánico de New York, así como maestros del Ballet Trockadero de Montecarlo, Nadia Adkin de Alemania y New York; Bill Evans de Rockport, NY.; maestros de la compañía de danza de José Limón; Julieta Ferraro de Argentina; Mauricio Nava, Vicente Silva, y Adriana Segovia, de México; Luis Sierra y el Grupo NaMasNá de Costa Rica. Artistas de danza aérea del ʺhit showʺ de off--Broadway FUERZABRUTA y muchos otros más que ahora no me recuerdo.

Colaboramos con instituciones como Momentum de la Universidad Landívar, con el Ballet Moderno y Folclórico, y el Ballet Guatemala entre algunas de las que me recuerdo. Instituimos una serie de showcases, puestas en escena de pequeño formato donde invitábamos a compañías nacionales como las ya mencionadas y también grupos como Kriyá, Otraedad, Tinajón, LaBulla Danza Teatro, Poker Crew, y muchos más. También fuimos el primer programa en Guatemala de artistas en residencia donde se invitaba a un grupo o un individuo a convivir en ArteCentro y daban clases, ensayo abiertos y otras oportunidades. Se le ofrecía el uso de las instalaciones, el apoyo del personal y el gozo de la infraestructura del sitio y ellos nos proveían clase para el público, ensayos abiertos, muestras de trabajo en progreso y terminaban con nuevas piezas y coreografías ya finalizadas que se presentaban en ArteCento y también en otros lugares siempre reconociendo el apoyo de la Fundación Paiz y de ArteCentro.

¿Cuál es tu experiencia trabajando como promotor de las artes? Creo que más bien trabajé como "gestor cultural," Heidy.  Aclaro que aprendí ese término aquí en Guatemala, en inglés le dicen "arts administration." Promoción es parte de este empeño pero hay gente que se dedica solo a la promoción.

Bueno, cuando paré de bailar como bailarín profesional, tuve la suerte que eso me tocó casi a los 50 años (aunque el ballet lo había dejado ya mucho antes...es una disciplina para gente joven y los bailarines mayores los suelen poner en papeles de carácter, cosa que yo hice por un rato y después dejé el ballet y me enfoqué solo en el carácter), comencé a trabajar con organismos y proyectos que apoyaban las artes tanto la danza como otras.

Empecé con el San Francisco Foundation trabajando en el programa designado "portafolio de las artes" bajo John Kreidler, una eminencia en el campo de filantropía, donde otorgábamos fondos a ONGs que nos pedían para proyectos artísticos. Ellos tenían que entregar propuestas escritas explicando en detalle que proponían hacer, con quien, su trayectoria y comprobación de la misma a través de recortes de publicidad como periódicos, etc., un plan de trabajo, y un presupuesto detallado, así como reportes financieros de la organización, un montón de papel! Estos los teníamos que revisar y evaluar y hacer una recomendación a la mesa directiva de la Fundación quienes tomaban la decisión final.

Trabajé en esta Fundación como por seis años y aprendí un montón del manejo de organismos artísticos, y la otorgación de fondos, de ahí me fui a otros lugares donde seguí mi carrera de gestión cultural. Trabajé en varias fundaciones y hasta en una universidad -San Francisco Art Institute-manejando un programa de educación artística para adultos, esto, creo, me preparó para Guatemala y ArteCentro.

Estuve en varias iniciativas, la mayoría privadas o del mundo de la filantropía como el Creative Arts Fund, San Francisco Arts Commission, Irvine Foundation, una de las varias fundaciones Haas, y otras más. Al fin resulté con el Grants for the Arts de la Ciudad y Condado de San Francisco, que es como la Municipalidad. Esta entidad nos daba hasta 15 millones de dólares anuales para repartir entre las organizaciones culturales de la ciudad. Suena como un montón de dinero y en realidad lo es pero recuerda que en los EEUU los precios son muchos más altos que acá y en San Francisco peor, y también hay requisitos fiscales y legales que aquí no vienen al caso. Por ejemplo, cada presentación que recibe fondo de un ente filantrópico sea privado o estatal tiene que demostrar cobertura de seguro contra daños, comprobar que paga sueldo mínimo, cuidado médico para los integrantes, el público, y demás, entre otras cosas. Esto no es barato así que los presupuestos de allá son seis veces los de acá para eventos de similar magnitud.

¿Puedes contarnos de tu experiencia en el Northern California Arts Loan Fund? Bueno, aunque ya hablé de esto, quiero agregar que el NCALF fue una bonita etapa de mi vida porque fue parte de mi trabajo con la Ciudad y Condado de San Francisco con el programa de Grants for the Arts, y una oportunidad de liderazgo de mi parte en una metrópoli con personas y colegas de altos niveles de educación y preparación. Y al mismo tiempo promoviendo las artes por vía edificando organismos y estructuras que aún perduran para el apoyo de las artes.

¿Qué nos puedes platicar del Oregon Shakespearean Festival? El festival en realidad es el nombre que le dan a uno de los teatros más grandes de los EEUU. Este se fundó en 1935 y se especializa en obras de William Shakespeare pero también presenta obras más contemporáneas. Está ubicado en un pueblito del estado de Oregon, Ashland, en un valle pintoresco rodeado de montañas boscosas--no un lugar típico para este clase de actividades. Está relativamente aislado pero así mismo atrae como medio millón de personas que vienen a ver las obras y ha logrado ganar varios premios nacionales como varios premios Tony, el Oscar del mundo del teatro.

El escenario donde se presentan las obras de Shakespeare es al aire libre y es una réplica de los teatros de la época del dramaturgo. También existen otros tres teatros más contemporáneos de varios tamaños donde se presentan otras obras.

Yo era parte de la compañía de danza del teatro, éramos ocho, cuatro mujeres y cuatro hombres. Todos teníamos experiencia en varios géneros pues teníamos que bailar muchos estilos de danza para las obras, más un show de danza y música en vivo (el "Green Show") que se producía cada noche antes de las presentaciones. Este era de música y danzas de la época de Shakespeare 1550-1660, más o menos. Después de entretener la audiencia y si había danza en la obra que seguía teníamos que cambiar de vestuario y bailar el estilo de danza indicado para esa producción. Este pudiera ser danza histórica, ballet, lírica, contemporánea, Jazz, etc. Muy a menudo mi día terminaba a las 2:00 de la mañana. Que bueno que no teníamos que reportarnos hasta las 11:00 horas el siguiente día. Solo teníamos un día libre, los lunes.

De vez en cuando nos mandaban a representar al teatro en eventos como el 1986 Worlds Fair de Vancouver (Canadá.) En otra ocasión salimos bailando en 1985 en el TODAY Show de la cadena de televisión norteamericana NBC. Y otras cosas más. En realidad fue un sueño poder estar sumergido en un mundo de arte de un muy alto nivel como este.

¿Con que compañías te has presentado y que países has visitado? Aparte del Oregon Shakespeare Festival, bailé con el Tallahassee Ballet (Florida), con Moving Basis Contemporary Dance, y San Francisco Russian Classical Ballet (California), Zivio (Utah), Khadra International Folk Ballet (San Francisco), Tango! Argentina Folk Ballet (Oakland, California) hay más pero estas fueron las principales. He tenido la suerte de viajar mucho, y cuando más joven era bastante inquieto.  He viajado por casi toda Europa (como mochilero) enfocándome en los Balcanes, creo que una vida anterior tal vez fui eslavo porque me encanta todo lo que tiene que ver con esos pueblos. He vivido casi un año en España, viví un buen tiempo en lo que fue Yugoslavia (Sarajevo, Zagreb y Belgrado.) Otros lugares en los que he estado incluye Israel, Canadá, México, República Dominicana, El Salvador, Honduras. Necesito explorar más a Centroamérica, pero te soy sincero, ya a mis casi 64 años ya no tengo muchas ganas de viajar tanto como antes.

¿Qué nos puedes contar de tu entrenamiento con la danza character? Bueno ya comencé a hablar un poquito de eso, pero para profundizar, mi encuentro con la danza carácter fue un poco de una sorpresa y al primero me costó como venía del mundo del ballet clásico. El carácter, a pesar de tener una base y vínculo con el ballet es bastante diferente, tiene más posiciones de pie y se invierten muchas cosas del clásico, a veces hasta se hacen cosas que en el ballet no y son consideradas mala postura o colocación. Pero, como era bien pilas (para "chapinizar" la cosa) en la barra de ballet, esperaba algo así. Yo pensaba que, como de costumbre, iba a pasar la prueba de mi primera audición fácilmente.

La prueba de audición fue durísima y me confundí. No sabía a veces que decían porque no entendía esa técnica. Sin embargo, me invitaron a ser parte de la compañía y en poco tiempo formaba parte del grupo principal más pequeño (la compañía tenía más de cuarenta integrantes y su propia orquesta) yo resulté bailando con ambos grupos, la compañía entera y el grupo de cámara que se presentaba en oportunidades más íntimas. También salía mucho de gira. Con la compañía de carácter fuimos por casi todo el oeste americano, a Canadá, a Francia, a Bélgica y Hungría. También bailamos en varios programas de presentación de premios en Hollywood como los premios de los Hollywood Critics y otros. Hoy día el carácter se ha hecho parte de mi memoria muscular tanto que cuando a veces tomo una barra de ballet con la Maestra Lissetth Aguilar-Stöckli, a veces me confundo y sin pensar empiezo a hacer estilos más de carácter.

El entrenamiento de carácter es un entrenamiento muy integro porque no solo habla de pasos y combinaciones en una barra, la técnica Moiseev tiene su propia barra pero también se rige mucho por los ritmos, como su cadencias musicales y el síncope que el bailarín tiene que escuchar y seguir con zapateos, cabrioles, y otros pasos no propios al ballet clásico.

¿En Guatemala dónde te has presentado y con qué ballet trabajas? Como en Guatemala me conocen más por el tango argentino, mi rose con el público chapín es con eso. Como el tango se baila en pareja, no me he presentado con grupos que tarden suficiente para llamarlos compañías, han habido agrupaciones para una presentación o evento. Así me he presentado en La Antigua, por supuesto en la capital como en la Chasah con sus eventos de boleros y canciones románticas, como pareja y junto con Lisset Estévez en el Teatro Nacional, en las Noches Bohemias que se hacen en Nais zona 10 y en varios lugares más,  por supuesto, en ArteCentro como para las Noches de Museos o el Festival del Centro Histórico.

Ahora me dedico más a dar clases y talleres de danza carácter, aunque también he dado clases de tango, y no he descartado la posibilidad de dar más en el futuro.

¿Te apasiona el tango?  El tango argentino es un baile que comencé a bailar con una amiga de la compañía de danza carácter en la cual estaba y creo que ya mencioné. Entré en ese grupo de nuevo porque había un déficit de hombres, pero también me buscaron específicamente. Para mí fue otro reto, siempre viniendo del ballet clásico donde todo son movimientos grandes y con mucha virtuosidad. Bailé con esa compañía y nos presentamos en varios sitios del área de la Bahía de San Francisco,  a través de ellos tomé clases del estilo con campeones argentinos que bailaban en Broadway con el show muy exitoso “Tango Argentino”  los Dinzel. Nos tuvieron de dar clases de como ser tanguero argentino, como no mirar al rostro, pero verse de reojo, nada de sonrisas y comportarse con un aspecto muy intenso.

Con Tango Argentina Folk Ballet, así se llamaba el grupo, hacíamos en la primera parte una mini historia del tango contada a través de danza, canto y un pequeño skit, un corte drama que servía como escenario para lo demás en el cual yo era el anfitrión de la fiesta y hasta tuve que aprender a hablar como argentino. Tenía un traje de smoking blanco muy bonito pero de la época como de principios del siglo pasado. Recuerdo que como parte del drama había una lucha entre dos bailarines hombres armados con cuchillos y yo tenía que romper el pleito con una gestión en cual alzaba mi brazo y ponía mi mano entre ellos para detener la bronca, todo muy coreografeado.

La primera vez que hicimos esto en un escenario como que todos nos emocionamos mucho y al hacer ese movimiento me corté la mano con uno de los cuchillos, y comencé a sangrar. No me dolió, tal vez por la adrenalina del momento, pero si no paraba de sangrar y tenía que declarar y hacer gestos y dar direcciones al grupo y que me escuchara el público, pues el teatro estaba repleto, mientras sangraba a chorros. No recuerdo cómo resolví el problema ya que recuerdo que todo fue un éxito y la segunda parte me tocaba bailar con un smoking negro. No recuerdo que le pasó al traje blanco pero me imagino lo tuvieron que mandar a limpieza general. Ah! para las próximas presentaciones remplazaron los cuchillos con unos hechizos de plástico.


¿Desde qué saliste de Cuba? ¿Has vuelto? Salí de Cuba con mis papás a los nueve años. Regresé en el año 1999 con unos amigos. Fui criticado por mi mamá, porque ella lo veía como un apoyo al régimen pero yo en ese entonces quería conocer mi tierra y tenía muchos amigos que ya habían ido. Fue muy interesante y muy bonito, pero te seré sincero, me di cuenta que aunque soy cubano y orgulloso de eso, tampoco ya no tengo muchos vínculos con la isla y hasta no me quedaron muchas ganas de regresar.  Me tratan mucho mejor en Guatemala.

¿Añoras algo de tu país? De Cuba siempre mantengo recuerdos de niñez alrededor de mi familia así como mi vecindario, también sabores y cosas que quizás ya no existen por tantos años y cambios sociales; de los EEUU los recuerdos son más recientes y talvéz más materialistas pero si hay cosas que a veces añoro que no hay acá pero se compensa por cosas que encuentro en Guate.

¿Qué te gusta practicar a parte del baile? Me gusta nadar, aunque aquí no he podido hacerlo tan seguido pero sobretodo me gusta leer.

¿A qué bailarín guatemalteco has admirado y por qué? Hay varios. Lillian González Arce, Norman Barrios, Luisa Chaluleu, Waleska Ramirez, Lucía Armas, Marcio Chamalé, Gerson Malín, son los que se me ocurren en este momento.  Todos artistas entregados a su arte y expresión, se expresan con pasión y franqueza en el escenario y sobre todo son grandes personas. Pero en Guatemala hay muchos bailarines muy talentosos.

¿Con qué compañía de baile de Guatemala te gustaría participar? Me encantaría montar una coreografía de carácter con el Ballet Moderno y Folclórico, los encuentro un grupo de bailarines comprometidos con su arte y en mi experiencia tienen esa flexibilidad de tal vez poder asimilar un nuevo estilo técnico.

Si te tarareo “Cuando salí de Cuba deje enterrado mi corazón…” ¿Traigo algún sentimiento? Una canción de mi niñez que al principio no aprecié mucho. Sin embargo, si tarareas "Guantanamera," y aunque es bastante trillada, me trae recuerdos de mi papá en una de las pocas veces que se trepó en un escenario para cantar y nos sorprendió con su buen timbre y voz melódica.

Con las maestras
Alejandra Bolaños y Claudia Argüello
¿Puedes enviar un mensaje para quienes lean la entrevista? Bueno, primero te doy a ti y al lector las gracias por leer esta entrevista, y por aceptarme en su país a pesar que no soy de acá. Como bailarín les recomiendo que se acerquen a la danza ya que estoy seguro, y me consta, que la danza cambia y salva vidas, especialmente como para jóvenes marginados o personas inseguras de sí mismas, la danza le da a uno fortaleza, valor y por supuesto es un medio de mantenerse saludable.

Gracias a ti Heidy de nuevo por incluirme en tu ilustre elenco de invitados de Heidy.

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 Entrevista realizada por Heidy Sandoval Ruiz




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