Hoy comparto con ustedes una
de esas entrevistas que aunque no lo crean es difícil porque a quien presento
en “La cara amiga de los invitados de Heidy”, es un connotado periodista que
trabajó desde muy joven en la profesión y además, fue uno de los promotores en
la creación del IPSP, su nombre Jesús Alvarado Mendizábal ·Don Chusito”, quien
pro primera vez nos contará muchos aspectos de su vida que ha guardado como un
tesoro.
Pues sin más preámbulo doy
inicio a la entrevista en la que les prometo tendrán la oportunidad de conocer aspectos
interesantes de una Guatemala que se vivió en el siglo pasado.
Don Chusito bienvenido a
este espacio donde se les abre las puertas a personas que como usted tienen
muchas cosas que contar y compartir, así que prepárese para hacer un recorrido
a través de los recuerdos.
Antes
que nada quiero que nos comparta ¿Cuál fue el barrio que lo vio crecer? Nací
en Mazatenango, Suchitepéquez, en la calle Matamoros número 16, a dos o tres
cuadras del centro, del parque y la iglesia, el 20 de marzo de 1926.
¿Cuántos
hermanos tuvo y qué relación ha tenido con ellos? Fuimos
cinco hermanos. Yo fui el último y la relación fue extraordinaria. Actualmente
somos sólo dos: Alfonso, ex integrante de la Orquesta Sinfónica Nacional y
excelente catedrático de Apreciación Musical. Otros hermanos, fallecidos,
fueron Manuel, Violoncelista especializado en Gran Bretaña, fundador y
mantenedor (sin apoyo financiero oficial) de la Sinfónica Juvenil de Guatemala,
ahora ya casi olvidada; René, médico y cirujano, pediatra ex director de los
hospitales Regional de Coatepeque el Infectocontagioso. La única mujer, Hilda
Amparo al casarse no concluyó sus estudios.
¿Dónde
realiza sus estudios básicos y de qué se gradúa? Es
algo enredado. mi padre, maestro Jesús María Alvarado Velásquez (excelente
compositor de música valses, marchas,
música de su época y para niños; se dedicó casi toda su vida productiva
como profesor de canto) en Mazatenango
sólo le pagaban Q 9.00 mensuales en tiempo del general Jorge Ubico. Cuando nos
trasladamos a la capital en 1939 mis hermanos ya realizaban estudios.
Mi padre fue maestro de
capilla y como no tenía trabajo fijo, en las iglesias debía aceptar lo que le
pagaban: cincuenta centavos por misa y veinticinco centavos por rezo.
Básicamente fueron limitaciones económicas las que no me permitieron estudiar
bachillerato o magisterio (no existía diversificado) y dos de mis hermanos
estaban becados el Conservatorio. Por ello, la primera fase de mis estudios se
quedó con el sexto de primaria hasta que al ser creada la Escuela
Centroamericana de Periodismo me inscribí en Capacitación Periodística, con la
oferta del Director Lic. David Vela, que al ganar los cursos de
Profesionalización, se equivaldría al bachillerato. Esto no resultó cierto y al quedar claro
todo, varios alumnos hicimos múltiples gestiones hasta que permitieron ingresar
a Capacitación Humanística. Al ganar, continué
en la Escuela y obtuve licenciatura en Ciencias de la Comunicación.
¿Siempre
soñó con ser periodista? En realidad, no. Mi deseo era música o
derecho. Como no podía estudiar, entré de aprendiz una imprenta que estaba en
la novena calle y once avenida, zona uno. Tomaba fotografías con las antiguas cámaras “de
cajón” que usted seguro no conoció. Con apoyo de un casi tío, compaginador en el diario El Liberal
Progresista (del partido Liberal Progresista que era propiedad de Ubico) entré
sin salarios, ayudante del fotógrafo Augusto Mendoza Zepeda. Él me inició en la
fotografía periodística. Logré el puesto de portero del Director del periódico
con sueldo de Q 16.00 mensuales.
De aquí pasé al departamento
fotográfico de joyería La Marquesa con Lionel Stein Liebes (padre del ex
vicepresidente). Al poco tiempo me pidieron de El Liberal que por enfermedad de
Augusto los apoyara fotográficamente. Lo hice y al no poder recuperar Augusto
su salud, falleció. Entonces me pidieron me hiciera cargo de la plaza. Así se
inició mi actividad en el periodismo remunerado.
A
propósito a ¿Qué edad descubre su pasión por el periodismo? Puede
considerarse que un año antes de iniciarme en el periodismo remunerado en El
Liberal Progresista: 16 años.
¿Tiene
algún documento de identificación que lo compruebe? tengo
una credencial extendida por el Director del periódico Lic. Ricardo Peralta.
Conviene destacar que entonces las credenciales de periodistas debían ser
razonadas en la Policía Nacional. La mía está firmada por el general David H.
Ordóñez. El colega Francisco Villatoro Argueta (ya fallecido) en columnas que
escribió en Diario de Centro América, reprodujo una nota de un agasajo que en
aquel tiempo (más o menos 1943) el propietario del club nocturno Ciros agasajó
a un grupo de periodistas y entre ellos estoy yo.
¿Cuál
es el primer acontecimiento que cubre y qué recuerda de ello? Honestamente,
no recuerdo. Son casi 75 años. Probablemente fue algo intrascendente.
¿Qué
tipo de actividades le tocaba cubrir? Todas. Como fotógrafo (sólo
había uno) debía asistir a las actividades a las que se requería reportero. Sólo era fotógrafo y nos reuníamos
en las actividades con los colegas de los otros dos medios: Nuestro Diario
(Juan Vera, además era el fotograbador), Ovidio Rodas Corzo (padre de Ana María
Rodas), Rafael Morales y ocasionalmente con Francisco Muñoz, fotógrafo oficial
de Ubico.
¿Qué
recuerdos tiene de su participación en los VI Juegos de Centro América y El
Caribe que se llevaron a cabo en Guatemala del 8 de febrero al 12 de marzo de
1950? En 1950 trabajaba en Diario Latino de San Salvador, a
donde tuve que salir prácticamente exilado por los sucesos de junio cuando en
la manifestación del 25 fui herido por la policía y el ejército que disolvieron
la manifestación. Son recuerdos imborrables. Parecía inconcebible que
trabajando en el periódico que prácticamente era de Ubico y el partido Liberal, hubiera cubierto cómo la
policía y el ejército disolvían a los manifestantes.
Diario Latino me envió para
que cubriera esas actividades deportivas. Uno de los acontecimientos que recuerdo
fue el juego de futbol entre las selecciones de México y Guatemala, que casi se
convirtió en una real maratón porque existiendo empate, no se dilucidó como se
hace ahora. Tuvo tanta duración el juego que recuerdo al “Soldado” De León, que
era evidente su agotamiento físico.
¿Recuerda
si hubo alguna personalidad que le cautivó o le llamó la atención? ¿Y por qué? Estuve
en contacto con quienes cubrían deporte
con quienes reanudé amistad porque mi salida de Guatemala fue en 1944. Ahora ya
todos son fallecidos. Mi relación fue básicamente con colegas y la oficina de
divulgación que estaba a cargo de José Alfredo Palmieri.
Conocí a un fotógrafo de
Suecia, Gey Grünner contratado por el comité organizador. Excelente fotógrafo,
sus trabajos tenían muy buena calidad técnica. Aquí se casó, vivió a escasas
tres cuadras de mi vivienda y aquí falleció. Con Gey hicimos amistad además de
la relación gremial. Guardo de él un grato recuerdo: la fotografía que en un
descanso me tomó en el estadio con la cámara Speed Graphic con la que yo trabajaba.
¿Recuerda
que le gustaba hacer además de hacer periodismo? Desde
Mazatenango me inicié en el estudio de guitarra y llegué a formar parte de la
Estudiantina Morse. Mi ilusión era interpretar el Concierto de Aranjuez, pero
pronto me percaté que se requeriría mucho estudio. De mi padre, algo heredé del
campo musical y ejecuto –a medias y no bien- algunas melodías en el piano. En
los últimos 15 o 20 años me incliné a la computación con la idea de trasladar
al pentagrama la mayor cantidad posible de la música de mi padre. He logrado
digitalizar los diez libros que por propio esfuerzo, logró publicar, dos óperas
y un ballet para párvulos.
¿Cómo
llega a la Escuela de Ciencias de la Comunicación? Parcialmente
la respondí en otra pregunta. Fui alumno de la Escuela Centroamericana de Periodismo
que de ello no tuvo más que el nombre porque sólo llegó (y no se graduó) un
periodista de Honduras. Participé en el movimiento de separación d la Escuela
de la Facultad de Humanidades. Siendo Secretario por segunda vez, quizá por el desempeño
surgió idea que podría ocupar la Dirección cuando concluyera su período el Lic.
Carlos Interiano. No promoví mi candidatura. Me apoyó el Frente de Integración
Reivindicatorio del Movimiento Estudiantil, FIRME, que tenía el control de la
Asociación y simpatía en el sector docente. Cuando pretendí ejercer el cargo de
Director me retiraron ese apoyo. Fue un tiempo muy duro cuando se registraron
hasta amenazas de muerte que estuve a punto de renunciar. La lucha fue tan
sórdida, que a la licenciada Clara Luz Jimeno, representante docente en la
Comisión Directiva le enviaron a su casa una corona mortuoria; eso la condujo a
renunciar. En las nuevas elecciones, ganó el grupo adversario ASA (no recuerdo
el nombre) y sin ser miembro del grupo, me tomaron como miembro de FIRME. Es
decir, casi todo el tiempo estuve solo en la Dirección.
Como
director de la ECC ¿propició algunos cambios? Algunos
fueron alcanzados parcialmente y otros no fue posible. Cuando concluyó su
período el licenciado Roderico Segura Trujillo y asumió el doctor Juan Alfonso
Fuentes Soria, la Escuela perdió el respaldo que tuvo con el licenciado Segura
Trujillo. Estos son algunos de los puntos ejecutados, otros han quedado casi en
el olvido: 1.- Trasladar la Escuela al
edificio S 11. Por nuestra gestión, el Consejo Superior Universitario nombró
una Comisión que, con excepción del Decano de Ciencias
Económicas aprobó asignar a la Escuela el S 11, pero no fue aprobada por el
Consejo Superior Universitario. 2.-
Se rompió el bloqueo en los medios de difusión informativa que rechazaban a estudiantes
para sus prácticas. Al entregar la Dirección, alrededor de 50 estudiantes y
graduados ya trabajaban con salario en medios impresos, radiales y televisivos,
algunos con puestos de mando.
3.- Fue
adquirida una pequeña red de cómputo con once terminales para docencia y
administración, red podría ampliarse para 50. 4.- Fue comprado un duplicador para imprimir documentos de los
docentes y uso de los estudiantes de prácticas periodísticas. 5.- Compra de cuatro cámaras de video
VHS, un generador de caracteres, tres videograbadoras. 6.- Por falta de recursos económicos, sólo fueron compradas veinte
máquinas (no eléctricas) y un Fax para comunicación con el exterior. 7.- Aprobación de las Normas Generales
Provisionales para Elaboración de Tesis. De 60 egresados desde la
transformación, en mi período fueron 50. 8.-
Apoyo al Congreso de Reestructura Curricular en mayo de 1991. 9.- Con la colaboración de la Escuela
de Ciencias Psicológicas por conducto del Departamento de Ayudas Audiovisuales,
la Escuela obtuvo el servicio de Televisión Educativa Española. 10.- La Escuela de Vacaciones funcionó
con regularidad. No fueron muchos, pero sí importantes.
¿Cuéntenos
de su experiencia como relacionista en el Ministerio de Finanzas? Ingresé
al Ministerio de Finanzas Públicas con apoyo de quien era asesor del Despacho, Carlos
Guzmán (ya fallecido). Trabajé más de seis meses sin salario porque el
nombramiento no salía. Mi función era Encargado de Información. Cuando el Lic.
Guzmán se retiró, el Ministro Marco Tulio
Búcaro me ascendió a ese puesto. Trabajé con 15 ministros y mi
experiencia fue enriquecedora. No tuve ninguna llamada de atención. En tiempo
del doctor Figueroa Villate (militar que llegó con el golpe de estado), fue de
quien más apoyo tuve aunque primero me removió y requirió que en 15 días le presentara un trabajo de
aduanas. Cuando se lo entregué me dio tal apoyo, que sólo el Ministro y yo
podíamos dar información. Incluso él me mostró una carta y me dijo: vea cómo
son sus colegas. En esa carta pedían mi despido y proponían tres candidatos. No
le dio atención y la rompió.
En una ocasión me entregaron un sobre de
Relaciones Públicas de la Presidencia. Al entregárselo me preguntó: ¿cuál es su
opinión? Le respondí que iba dirigido al Ministro me dijo: ¿y no es mi asesor?
Le dije: disculpe, no volverá a ocurrir y le pedí que era necesario estar en
las reuniones, salvo por asuntos
confidenciales. Desde entonces la comunicación fue permanente. Varias veces me
trasladó documentos hechos por otros funcionarios para que le diera mi opinión.
Con prácticamente todos los colegas (excepto uno) tuve excelente Relación.
Ninguna dirección daba informaciones; fueron canalizadas por mi conducto.
Usted ha realizado varias actividades de
las que quizás muchos no conocen, por ejemplo ¿En qué año llega a la Asociación
de Periodistas de Guatemala y qué nos puede decir de esta entidad de prensa? ingresé
a la APG en junio de 1948. No recuerdo el número de registro asignado. Ahora
tengo el 56; de los poquísimos con número de dos dígitos. Fui vocal, secretario tesorero (seis veces) y
presidente dos veces. Ahora, estoy como asociado adjunto porque ya no realizo
ninguna actividad periodística remunerada. En una época la APG fue casi un club
social en donde departían trabajadores y empresarios hasta que fue creada otra
entidad de prensa.
Cuando
el entonces presidente Julio César Méndez Montenegro inauguró lo que pretendía
ser la Colonia del Periodista (en El
Tesoro) estábamos en el bar con el ex acalde y asociado a la APG Ramiro Ponce
Monroy a quien, cuando conversaban sobre una marimba que amenizaba la reunión
le dije: ¿Por qué no le pedís al presidente que done una marimba a la APG? De
inmediato se lo trasladó Ramiro y el Lic. Méndez Montenegro dijo: claro que sí.
En esa forma surgió la marimba APG. Formé parte del conjunto que tuvo muy buena
aceptación porque mantuvimos la pureza del instrumento, sin batería y no
amenizábamos reuniones.
Tuvimos
varios directores que nos adiestraron: un tiempo, mi padre, Jesús María
Alvarado, don Everardo De León Cifuentes y don Ángel Eduardo Franco, los tres
fallecidos. En mi primera presidencia (1993) fue la primera presentación
pública en el Teatro Nacional al presentar la Historia de la Marimba el Dr. Carlos E.
Álvarez y Ovidio Urízar Montúfar. Fuimos a El Salvador y en otra ocasión la
llevaron a Estados Unidos cuando no era parte del conjunto. Con el
fallecimiento de don Ángel Franco se desintegró el conjunto y ahora el
instrumento está en la APG con el riesgo que de no ejecutarse, se puede
deteriorar. De los ocho integrantes del conjunto, sólo sobrevivimos dos: Luis
Emilio Chávez Montúfar y yo.
¿Qué
recuerda de su período como Presidente de la APG? Además
de la defensa de la libertad de emisión del pensamiento, en el primer período una de las veces que fui tesorero, fue
frustrante entregarle Q 200.00 a la viuda de un estimado asociado: Había un
reglamento, pero el Fondo de Auxilio estaba nivel muy bajo porque los muchos
asociados tardaban en pagar los llamamientos de Q 5.00. En mi período fue
modificado el reglamento. El Fondo quedó declarado Privativo y obligatorio
realizar por lo menos una actividad anual para fortalecerlo. Esto casi no se
cumple. En la recepción del Día del Periodista cuando se impuso la Orden del
Quetzal a nuestra Bandera, en presencia del entonces Alcalde José Ángel Lee le pedí
al general Mejía Víctores, jefe de estado, la permuta pura y simple del terreno
de la APG en la novena avenida, por la casa de la catorce calle. Aceptó el
general Mejía y ofreció (y cumplió) darnos cincuenta mil quetzales para iniciar
los trabajo de acondicionamiento.
El
segundo período fue de beneficio social. Participé en la
elección con el objetivo de lograr la aprobación del proyecto del Instituto de
Previsión Social del Periodista, del que en otra ocasión podremos tratar
ampliamente. Con excepción de uno, la planilla ganó todos los cargos. A Finales de septiembre presenté a la Junta
Directiva el anteproyecto que tenía más de 60 artículos. También excepto uno,
todos apoyaron, discutieron y aprobaron el proyecto. En la sesión de octubre lo
presentamos a la asamblea que lo recibió con cierta frialdad, incrédulos que se
podía lograr. En un desayuno (29 de noviembre) con motivo del Día del
Periodista en presencia de los asistentes entregué al entonces presidente
Cerezo Arévalo el anteproyecto y le solicité su respaldo, que ofreció pero
nunca llegó. Ese día, con los colegas Eileen Rivera, Julio Edgar García y
Joaquín Medina Bermejo entregamos al Congreso de la República el anteproyecto
del IPSP.
¿En
qué ha cambiado el periodismo del siglo pasado al actual? Hablo
de mediados del siglo XX. Entre otras cosas que sería necesario analizar con
mayor detenimiento, ahora hay más trabajos de investigación, pero ya no existe
la crónica parlamentaria. Poca aplicación del criterio de redacción de la
noticia. Antes, al reportear en el sector gubernamental, sólo abríamos la
puerta del Despacho y si esta sólo el Ministro, entrábamos. Había mucho respeto
para el periodista y hasta en el vestido, nadie trabajaba sin saco y corbata.
En el plano fotográfico, la fotografía a color y la tecnología son valiosa
herramienta.
Trabajábamos con cámaras Leica sólo blanco y
negro. La escasez de material para fotos nocturnas o interiores (aún no había
película rápida) un flash lo
aprovechábamos cuatro: Ovidio Rodas Corzo, Rafael Morales, Juan Vera y yo. No
había aún sincronización en las cámaras;
abríamos la cortina y a la cuenta de tres se quemaba el flash. Fueron tiempos difíciles; uno revelaba la película y
hacía las fotos. Si había mucho calor, la emulsión de la película se levantaba.
No teníamos la posibilidad de tomar ocho o diez fotos para escoger una.
En
esta profesión también se hacen amigos ¿Con quiénes de sus colegas ha hecho una
amistad entrañable? En el pasado (y en la actualidad) mantuve (y
mantengo, en su caso muy buena relación)) con periodistas como Fernando Molina
Nannini, Germán Duarte Castañeda, Ángel Monasterio Pacheco, Ángel Ramírez
Maldonado, Enrique Parrilla Barascut, José Santacruz Noriega, Carlos Gómez
Ralón, Marco Tulio Barrios, Erwin Azurdia Acuña, José Antonio González, Roberto
Paz y Paz, Alicia Carrera,Héctor Cifuentes Aguirre, Irma Flaquer, Eduardo
Villatoro, Pedro Julio García, Álvaro Contreras Vélez (todos fallecidos), Eliseo
Alburez, Isabel Arriaga, Rafael Matta Retana, Ana María Rodas, Julio Trejo
Pineda, José Zamora, Leonel Guerra Saravia, Mario Adler R., Joaquín Medina
Bermejo, Luis Morales Chúa, Félix Loarca
Guzmán, Belia Pinto de Meneses, Lucía Dubón, Eileen Rivera, Ileana
Alamilla y usted Heidy, algo especial desde la Escuela.
¿Qué
traigo a su mente si le menciono el 22 de noviembre de 1990? que ese
día fue publicado en el Diario de Centro América el Decreto 56-90. Por fin, ya
se veía que el proyecto en el que tanta esperanza tenía, iba en camino de ser
realidad.
¿Es
usted del padre del IPSP? Pregunto esto
porque muchas personas estuvieron involucradas pero la idea tuvo que ser de
una. En efecto, algunos afiliados así dicen. Muchos también,
ignoran todo el trabajo que fue necesario para estructurar el anteproyecto.
Parte de mi trabajo está incluido en una de las respuestas. Álvaro Enrique
Palma Sandoval (ya fallecido) tuvo un proyecto que era dirigido sólo para
miembros de la APG. En 1983, en Montevideo, Uruguay, en una reunión de la
Federación Iberoamericana de Asociaciones de Periodistas de la que fui vocal,
tuve oportunidad que el entonces presidente del Colegio de Periodistas de Honduras
me refiriera lo que para ellos era su Instituto. Entonces surgió la idea de
hacer algo similar en Guatemala, sin imaginar todos los tropiezos que
encontraría en el camino hasta lograr su funcionamiento- Ahora, el Consejo sus
integrantes son mayoritariamente de más o menos reciente ingreso. Al año
siguiente de entregar al Congreso el anteproyecto, la nueva Junta Directiva de
la APG no permitió que formáramos parte de la comisión de seguimiento Quedan
muchas cosas para hablar sobre el IPSP. El Instituto, es la mayor conquista
PARA (y no de) los periodistas.
Al
pasar muchos años de ejercer el periodismo ¿Alguna vez ha pensado como sería su
vida si hubiera sido músico? honestamente, nunca he
pensado en eso.
En
síntesis ¿Cuál es la herencia que usted ha dejado en el periodismo? Aunque
algunos afiliados ha llegado hasta negarme el trabajo ejecutado y haber sido autor
del anteproyecto original, estoy satisfecho porque mi contribución permite que el gremio tenga protección social, no sólo
la generación actual sino las futuras. Dependerá del cuidado que tengan en su conducción. En mi paso por el
periodismo he dejado esa imborrable huella. Tengo e laural nadie me podrá
arrebatar. Mi lucha y vigilancia del Instituto ha sido permanente y seguirá
siendo, hasta cuando Dios me lo permita.
¿Cómo
le gustaría que se le recordara en unos años? Que
en el trabajo por el Instituto no perseguí interés personal y que sólo pensé en
el gremio que carecía de protección
social. Mi deseo ha sido que dentro de unos cien años, quienes ingresen al IPSP
digan QUÉ BIEN QUE FUE CREADA ESTA INSTITUCIÓN.
¿Puede
enviar un mensaje para las personas que lean la entrevista? que
cuando un proyecto es beneficioso se le debe dar todo el trabajo posible. A
afiliados y afiliadas, que en el
trabajo para el Instituto no hubo el mínimo interés personal. El Instituto
constituye el reconocimiento de la sociedad a los periodistas aunque, a veces,
por nuestra culpa, carecemos de la simpatía que de la sociedad podríamos
recibir. Deben cuidar y proteger esta bendita institución y evitar cualquier riesgo como sucedió en el
pasado reciente. A usted. Heidy, mi agradecimiento por darme una oportunidad
que para mí ha sido muy valiosa y provechosa. Disculpe la extensión aunque
traté de reducirla pero hay tanto
material, que no pude lograrlo. Me hizo recordar tiempos idos.
Quiero agradecer a don Chusito
el tiempo que se tomó para contestar este cuestionario y conocer muchos
aspectos de su vida que hasta ahora no se habían contado. Gracias por la confianza depositada en mi
persona.
Les invitamos para que se unan al
grupo de "Artistas de Guatemala para el Mundo" en este link http://on.fb.me/1sn2wSf el cual tiene como propósito
compartir videos, fotos, anécdotas y todo lo de nuestros artistas en las
diferentes décadas.
También ponemos a su disposición el
grupo “Un siglo de anuncios”, un
espacio donde pueden compartir o comentar los post que se publiquen http://on.fb.me/1vASm2g
Las entrevistas las pueden leer en los
siguientes links:
Entrevista
realizada por Heidy Sandoval Ruiz
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